"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

domingo, 25 de febrero de 2018

SIDONIE GABRIELLE COLETTE, ESPÍRITU LIBRE DE LAS LETRAS FRANCESAS.



"Un bloque compacto de volúmenes construidos en un formato único: novelas cortas y ensayos, traducidos mediante una tipografía única: así, y únicamente así, puede un escritor, al final de su larga carrera, calcular el peso exacto de lo que ha realizado. Únicamente allí puede su ánimo regocijarse y empezar su angustia. Durante largo tiempo anhelé estas emociones contradictorias. Se hicieron esperar; tenía que trabajar al azar de la inspiración y también bajo el rigor de la necesidad, abrazar temas fortuitos...Condiciones todas ellas que exponen a un escritor a la carencia de cohesión y a no ser ni muy afortunado en el hallazgo y selección de palabras.
Al adoptar por cuenta de otros la obligación y la costumbre de escribir, ¿habría encontrado en ello con qué justificar mi carrera? La primera recompensa me llegó del público y de los escritores de oficio, cuando aquél me leyó y cuando éstos me trataron como a un igual.
Existe una tentación -la conozco muy bien- que el escritor maduro debe reprimir con grandes esfuerzos, a fin de no sucumbir. Ya lúcido, armado de severidad, apto para juzgar su obra, se halla preparado para realizar amputaciones en ésta, dispuesto a cortar sin compasión, a enderezar sin complacencia. Se siente probo, su placer es la poda, su deseo es merecer algo más de respeto y algo menos de adulación. Una coqueta que se siente envejecer sube un poquitín más el tul que cubre su garganta...
Pero yo no me atrevo a esto, ni quiero poner en mis obras antiguas la mano que supo escribirlas y que, sin duda alguna, sería torpe al corregirlas; conservarán todas las huellas del tiempo, del error, del apresuramiento. Frescas aquí, más allá manchadas, que sus máculas atestigüen su edad, mi larga labor y la honorable evolución que transforma a un escritor audaz en un crítico timorato. Por lo menos, los cortes, las modificaciones que he establecido, las he realizado con conocimiento de causa, y deseo se respete en venideras ediciones.
En Mi aprendizaje conté cómo, al cabo de unos dos años de matrimonio, es decir, hacia 1891, monsieur Willy me dijo un día:
-Tendrías que escribir algo acerca de tus recuerdos de la escuela primaria...Tal vez podría aprovecharlos. No te dé miedo incluir detalles picantes...
Este hombre singular y todavía mal conocido, que firmó no sé cuántos libros sin haber escrito ninguno, se hallaba en constante búsqueda de nuevos talentos para su industria literaria. De manera que no es extraño que extendiera sus pesquisas hasta su propio hogar.
Yo acababa de salir de una larga y grave enfermedad que me había dejado cierta torpeza de cuerpo y de alma. Sin embargo, al encontrar y comprar en la papelería unos cuadernos parecidos a mis viejos cuadernos esclores, sus hojas verjuradas, rayadas de gris, con rojo trazo marginal, su lomo de tela negra, su cubierta con medallón y título adornado, "Le Calligraphe", me hicieron sentir en las manos una especie de prurito de castigo escolar, la pasividad de realizar un trabajo ordenado. A través del papel se transparentaba una filigrana que me rejuvenecía de seis años: apoyados los brazos sobre una esquina del escritorio, con la ventana a mis espaladas, torcidos los hombros y las rodillas encogidas, me puse a escribir, aplicada e indiferente.
Una vez hube terminado, entregué a mi marido un apretado texto que respetaba los márgenes. Lo leyó y dijo:
-Me había equivocado...No sirve para nada.
Libre ya, volví al diván, a la gata, a los libros, al silencio, a mi vida de siempre, que procuraba fuera dulce, ignorando que en realidad era malsana. Los cuadernos pasaron más de dos años en un cajón. Un día, Willy decidió ordenar el contenido de su despacho.
El horrible escritorio de madera imitación de ébano, cubierto de paño granate, mostró sus cajones de madera blanca, vomitó papelotes comprimidos y volvimos a ver, olvidados, los cuadernos que había emborronado: Claudine en la escuela.
-Vaya- dijo monsieur Willy -; creía haberlos echado al cesto.
Abrió un cuaderno y lo hojeó.
-Es gracioso.
Abrió un segundo cuaderno y no dijo nada, luego el tercero, el cuarto...
-¡Santo cielo! -refunfuñó de pronto -. Soy un perfecto idiota.
Se apoderó bruscamente de los cuadernos, se puso el sombrero de alas anchas y corrió a casa de un editor. Y he aquí cómo me convertí en escritora.
Pero también a a causa de ello estuve a punto de no ser jamás escritora. Carecía de vocación literaria, y es probable que jamás hubiese producido ni una línea si, tras el éxito de Claudine en la escuela, otras tareas impuestas no me hubiesen llevado poco a poco a la rutina de escribir.
En 1900, bajo la única firma de Willy, apareció Claudine en la escuela, editada por Paul Ollendorf. En el ínterin tuve que volver a poner manos a la obra para sazonar el texto con un poco de pimienta.
-¿No podrías -me dijo Willy - caldear algo ese...esas criaturadas? Por ejemplo, una amistad excesivamente tierna entre Claudine y una de sus compañeras. Luego añade jerga, mucha jerga, y desparpajo, mucho desparpajo. ¿Comprendes lo que quiero decir?
La flexibilidad de la extremada juventud sólo puede compararse a su falta de escrúpulos. ¿En qué proporción se produjo la colaboración de Willy? Los manuscritos dan una respuesta parcial a una pregunta cien veces formulada. De las cuatro Claudine, sólo los manuscritos de Claudine en ménage y Claudine s´en va fueron salvados de la destrucción ordenada por Willy a Paul Barlet, llamado Paul Héron, secretario, amigo. "negro", un muchacho muy honrado que suspendió la ejecución empezada y me trajo los restos que aún poseo.
Hojear estos cuadernos no carece de interés: escritos todos ellos por mí, aparece de vez en cuando en sus páginas una letra fina, que cambia una palabra, añade un retruécano, o una reprimenda muy seca. Incluso se podían leer en Claudine en ménage y en Claudine s´en va unos fragmentos bastante fuertes, que suprimo en la presente edición.
El éxito de Claudine  fue, para aquella época, muy grande: sirvió de inspiración en la moda, en el teatro, en los productos de belleza. Yo honrada, sobre todo indiferente, callaba la verdad que sólo se supo mucho más tarde. Esta es la primera vez que las Claudine aparecen con el único nombre de su único autor. Quisiera también que, de ahora en adelante, se considerara La Retraite sentimentale -bonito título sugerido por Alfred Valette - continuación y fin de Claudine. La lógica y la comodidad del lector hallarán en ello una ventaja.

Colette. 
 Prefacio a Claudine en la escuela.

"Nuestros compañeros perfectos nunca tienen menos de cuatro patas".
Colette.

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Retrato de la escritora Colette, realizado por la fotógrafa vienesa Madame D´Ora, en 1953, un año antes de morir.




Cuando, en 1953, la fotógrafa vienesa Dora Kallmus (primera fotógrafa de moda de la historia), captó con su cámara el singular  rostro de la escritora Colette, ésta se encontraba a un paso de la muerte. Tenía en ese momento ochenta años. Falleció un año después, en 1954, tras llevar años postrada en la cama, por problemas de artritis. Murió rodeada de sus amados gatos y sus libros, consciente de haber apurado la vida al máximo. Mujer muy valiente, supo llevar la contraria (y bien que lo hizo) a los severos defensores de los cánones de la corrección política, moral y sexual de su época, tan proclives de puertas para adentro para hacer justo lo contrario de lo que propugnaban. Devoradora de libros, desde muy joven, tuvo a Balzac entre sus escritores favoritos. La Comedia Humana de la vida se le antojó demasiado real e injusta como para formar parte de ella, por eso fue siempre tan a contracorriente. Mujer osada y libre, se vistió de hombre en el Moulin Rouge, en compañía de una actriz, con la vivió un tiempo. Se casó tres veces. Supo escapar a tiempo de su primer marido, un editor sin escrúpulos y mujeriego impenitente, del que sólo obtuvo el  beneficio del despertar de su vocación literaria. Hasta entonces, los borradores-cuadernos con los escritos de Colette estaban ocultos, guardados en uno de los cajones blancos  de su "horrible escritorio imitación de ébano" (como explicó ella, años después, en el prólogo a Claudine en la escuela, su primera obra). Su talento literario la encauzó y dirigió hacia la fama y popularidad tan merecidas. Fue la primera mujer que entró, como miembro, en la Academia Goncourt, en 1949, entidad que presidió desde ese año hasta su muerte, en 1954. Fue Colette una mujer desinhibida, libre y absolutamente moderna, quizás demasiado osada para su tiempo. Esa valentía que ya demostró en su juventud, al divorciarse del hombre que la humillaba constantemente, le hizo brillar como escritora y como mujer en una época donde las barreras eran contínuas y tocaba derribarlas o someterse a ellas. Colette, desde su gran inteligencia y talento, optó por hacerles frente y destruirlas. Y lo consiguió.












La escritora Colette, vestida de hombre.



Noelia Rodríguez Padilla.

sábado, 10 de febrero de 2018

EL PARAÍSO, BAJO LA FORMA DE UNA BIBLIOTECA.



"Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca".
Jorge Luis Borges.

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En este tiempo actual, en el que existen ya más escritores que lectores, y donde el periodismo de verdad se ha visto mal suplantado por multitud de páginas proliferadoras de noticias falsas, compartidas, sin contrastar, por muchísimos usuarios incautos, de los que están llenas las redes sociales, el verdadero lujo reside hoy en día en el buen lector, ese que sabe aislarse de la parte más superficial, visible y ruidosa de la realidad de las cosas y opta por decidir emplear su tiempo libre en sumergirse en un buen libro o historia, siempre prefiriendo la lectura en papel, porque debe ésta ser leída, con plena libertad, y que no se deja confiar por las opiniones sospechosamente elogiosas escritas por críticos a sueldo de las editoriales y que suelen inundar las solapas de algunos libros de grandes ventas. Para ese buen lector, sin duda, la felicidad estará, entre otras cosas, en el agradable y cálido placer que transmite al tacto la rugosidad del papel, amarillento  o no, en que fueron impresos, hace muchos años,  los innumerables libros de su amada biblioteca. Y esa biblioteca se convertirá en un lugar mágico, donde el lector, cada vez que escoja un libro, amigo verdadero que nunca defrauda, sabrá que mientras dure su maravillosa lectura, en ese ratito especial, estará a salvo de la profunda superficialidad y el exceso de uniformidad en la que ha caído gran parte de la sociedad humana.



Borges, en la Biblioteca Nacional de Argentina.




-UN LECTOR-


Que otros se jacten de las páginas que han escrito; 
a mi me enorgullecen las que he leído.
 No habré sido un filólogo,
no habré inquirido las declinaciones, los modos,
la laboriosa mutación de las letras,
la de que se endurece en te,
la equivalencia de la ge y de la ka,
pero a lo largo de mis años he profesado
la pasión del lenguaje.
Mis noches están llenas de Virgilio;
haber sabido y haber olvidado el latín
es una posesión, porque el olvido
es una de las formas de la memoria,
su vago sótano
la otra cara secreta de la moneda. 
Cuando en mis ojos se borraron
las vanas apariencias queridas,
los rostros y la página,
me dí al estudio del lenguaje de hierro
que usaron mis mayores para cantar
espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde la Ultima Thule,
tu voz me llega, Snorri Sturluson.
El joven, ante el libro, se impone una disciplina precisa
y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
a mis años, toda empresa es una aventura
que linda con la noche.
No acabaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
no hundiré las manos ansiosas en el oro de Sigurd;
la tarea que emprendo es ilimitada
y ha de acompañarme hasta el fin,
no menos misteriosa que el universo
y que yo, el aprendiz.

Jorge Luis Borges. Elogio de la sombra.



domingo, 14 de enero de 2018

"EL ALBATROS" DE BAUDELAIRE: LA CAIDA AL ABISMO SOCIAL DEL POETA MALDITO.

 

 "Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias."
 Charles de Baudelaire.

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 Baudelaire, fotografiado por Nadar, en 1855.




 
EL ALBATROS

Suelen, por divertirse, los mozos marineros
cazar albatros, grandes pájaros de los mares
que siguen lentamente, indolentes viajeros,
al barco, que navega sobre abismos y azares.

Apenas los arrojan allí sobre cubierta,
príncipes del azul, torpes y avergonzados,
el ala grande y blanca aflojan como muerta
y la dejan, cual remos, caer a sus costados.
¡Qué débil y qué inútil ahora el viajero alado!
Él, antes tan hermoso, ¡qué grotesco en el suelo!
Con su pipa uno de ellos el pico le ha quemado,
otro imita, renqueando, del inválido el vuelo.

El poeta es igual...Allá arriba, en la altura,
¡qué importan flechas, rayos, tempestad desatada!
Desterrado en el mundo, concluyó la aventura:
¡sus alas de gigante no le sirven de nada!

 Las Flores del Mal. Charles Baudelaire. 
















Fuentes:

-BAUDELAIRE, CHARLES: LAS FLORES DEL MAL. Biblioteca Edaf, Madrid, 1963.

sábado, 30 de diciembre de 2017

IRÉNE NÉMIROVSKY: UNA GRAN Y RECONOCIDA ESCRITORA, A LA QUE EL TRÁGICO DESTINO LLAMÓ A SU PUERTA.






"Para levantar un peso tan enorme, Sísifo, se necesitaría tu coraje.
No me faltan ánimos para la tarea, mas el objetivo es largo y el tiempo, corto".

Le vin de solitude. Iréne Némirovsky.

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Iréne Némirovsky.



Recién terminada la lectura de SUITE FRANCESA (SUITE FRANÇAISE), no puedo más que mostrar mi sentimiento de horror ante el trágico final de una gran escritora como fue Iréne Némirovsky (Kiev, 1903-Auschwitz, 1942). Murió con tan sólo treinta y nueve años de edad, habiendosele arrebatado la vida de una forma tan brutal e injusta como la muerte en un campo de exterminio nazi. Cuando los nazis se llevaron a esta jovencísima gran escritora, sólo por el hecho de haber nacido judía, Iréne ya era una escritora más que consagrada en el mundo de las letras parisinas.
La novela Suite Francesa, cuyo manuscrito no fue publicado hasta el año 2004, fue escrito por Iréne en el ambiente bélico parisino de la Segunda Guerra Mundial, rodeada de la normal escasez de todo lo básico para vivir, hasta del papel y la tinta para escribir. El manuscrito, acerca de la situación de Francia durante la ocupación por los nazis, fue escrito con una letra pequeñísima, apurando al máximo las páginas del cuaderno, estaba escrito a mano, a pluma (a Iréne le gustaba escribir con estilográfica, como se puede apreciar en la imagen de arriba) y "sueña con un libro de mil páginas, compuesto como una sinfonía, pero en cinco partes, en función de los ritmos y las tonalidades. Toma como modelo la Quinta Sinfonía de Beethoven.". En su publicación, en el año 2004, por la editorial francesa Denöel, el libro queda en 473 páginas y dos partes: TEMPESTAD EN JUNIO y DOLCE. En dos apartados más, como apéndices, figuran las notas que  Iréne escribió, en el proceso inicial de composición de SUITE FRANCESA y la correspondencia mantenida por ella y su marido, Michel Epstein tanto con sus editores en París como con todas las personas a las que acudió Michel, tras la detención y desaparición de Iréne, al fin de intentar conseguir noticias de su paradero y salvar su vida. La correspondencia incluida al final de este libro es el verdadero testimonio del horror provocado por los nazis en Francia, contra los más elementales derechos de todo ser humano. La desesperación y el miedo, tanto del marido de Iréne, como de sus amigos y familiares, se muestra con toda su crudeza en estas cartas. Ambos, Iréne y Michel fueron víctimas tanto de los totalitarismos de izquierdas (sus familias huyeron del terror bolchevique, que les arrebató toda su gran fortuna) como de los de derechas.



Iréne, con sus hijas, Denise Epstein y Élisabeth Gille.




Denise Epstein.



Denise Epstein abre "Suite Francesa" con esta dedicatoria: 

"Desde el recuerdo de mi madre y mi padre,
para mi hermana Élisabeth Gille, para mis hijos
y mis nietos, y para todos los que conocieron
y conocen todavía hoy el drama de la intolerancia,
esta Memoria para transmitir".


Suite Francesa fue concebida pensando en la Quinta Sinfonía de Beethoven, que la compuso poco antes de cumplir cuarenta años, la misma edad a la que falleció Iréne. El motivo inicial de esta sinfonía de Beethoven se refiere "al Destino que toca a la puerta". Quizás Iréne, en su extraordinaria sensibilidad artística y humana, captó que ese Destino, en su caso tan trágico e injusto, demasiado pronto iba a llamar a la suya.







Manuscrito de Suite Francesa.






Noelia Rodríguez Padilla.






domingo, 17 de diciembre de 2017

EL MANZANO DE NEWTON SOBREVIVE AL PASO DE LOS SIGLOS.

He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mi.

Si he logrado ver más lejos ha sido porque he subido a hombros de gigantes.

Sir Isaac Newton (1642-1727).

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Tras una copiosa cena, salió a tomar una taza de té bajo las ramas del árbol. Fue entonces cuando le cayó sobre la cabeza una manzana mientras meditaba preguntándose por qué siempre descendían de forma perpendicular.

William Stukeley (amigo y biógrafo de Sir Isaac Newton),1752.





El manzano de Isaac Newton sigue en pie, en el jardín de la casa donde nació, hace 374 años, en Woolsthorpe Manor, en el condado de Lincolnshire, Inglaterra. Sin duda, es uno de los árboles más queridos y reconocidos de la historia.



Dibujo de la casa y el manzano, hecho en 1820.





Noelia Rodríguez Padilla.

sábado, 4 de noviembre de 2017

EL ORIGEN OSUNÉS DE LOS PRIMEROS HABITANTES DE CAMPILLOS.



"Campillos es un pueblo grande, que está rodeado de extensas llanuras, plantadas de trigo; las montañas, más allá, la rodean desde el horizonte".

Reverendo Richard Roberts, B.A. "An autum tour in Spain in the year 1859". 

"(...) No lo creó ni la guerra ni la estrategia, lo fundaron agricultores por necesidades de su propio negocio, y a su medida y comodidad labraron las casas y explanaron las calles (...)".

 D. Pascual Madoz. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar.

" El rey D. Carlos II concedió a Campillos, con fecha 6 de noviembre de 1680 el privilegio de villazgo, por el que se eximió, sacó y libró de la villa de Teba, permitiéndole poner horca y picota y concediéndole lo demás que solicitaron en los términos que resulta de las transacciones. Este provilegio fue confirmado por el rey D. Carlos IV en Madrid, a 11 de Febrero de 1792".

D. Antonio Aguilar y Cano. Apuntes Históricos de la Villa de Campillos.

"Los primeros habitantes de esta villa fueron arrendatarios del Señorío de Teba, que disfrutaban de todas estas tierras, denominadas "El Campillo". El pleito mantenido con el conde sobre el carácter de tales tierras, terminó reconociendo a los vecinos sus derechos y mermando las facultades dominicales de los señores. La riqueza creciente de su término, el trabajo de sus vecinos y su privilegiada situación geográfica permiten asegurar que la villa de Campillos se encuentra en un momento ascensional, transformándose merced a las mejoras llevadas a cabo en estos últimos lustros, su fisonomía descuidada y rural".

" La distancia a que se encontraba Antequera y Osuna y las dificultades naturales del camino a Teba, motivaron la necesidad de construir albergues y establos permanentes, los cuales fueron el primer núcleo de la futura población. Posiblemente, las primeras construcciones se hicieron al final de la calle Lavados, realenga por entonces y paso obligado de transeuntes y ganados".

"La Historia de Campillos se resume en dos ideas: el desarrollo de la población en sus intereses morales y materiales y la lucha por la independencia de Teba y contra sus señores".

D. Baltasar Peña Hinojosa. Pequeña Historia de la Villa de Campillos.



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       Vista de Osuna en el siglo XVI. Grabado de Jorris Hoefnagel.




Cuando, a comienzos de este verano, salió publicada la noticia de que el Museo del Prado iba a organizar una exposición de pinturas titulada El desafío del blanco. Goya y Esteve, retratistas de la Casa de Osuna, me vinieron a la memoria las palabras que mi abuela materna, Dolores Recio Campos, nos dijo en una de las ocasiones en las que nos contaba anécdotas de su infancia y juventud: "Nuestra familia procedía de Osuna...".

En Pequeña Historia de la Villa de Campillos (hasta la publicación de este libro, en 1960, la única historia de Campillos impresa era la de Apuntes Históricos de la Villa de Campillos escritos por D. Antonio Aguilar Y Cano, de 1891, y la descripción que sobre Campillos realizó Pascual Madoz en su Diccionario geográfico, de 1849) D. Baltasar Peña, dice lo siguiente: "De Osuna, de Pedrera y de la Puebla de Cazalla, vinieron muchas personas que poblaron nuestro suelo y aquí afincaron con sus familias, transmitiéndose de padres a hijos sus costumbres, sus peculiaridades y hasta su indumentaria propia. La inclusión de nuestro término en la provincia de Málaga no ha suprimido, ni tan siquiera suavizado, esta impronta marcadamente sevillana de su vecindario".  El capítulo III se refiere a la fundación de Campillos: "En el libro de protocolos, conservado en el Archivo Parroquial y destruído en Agosto de 1936, se decía en orden a la fundación de Campillos lo que a continuación se copia: 

"En 1492, siendo Pontífice Inocencio VIII y reinando en España Don Fernando y Doña Isabel, recién ganada Granada, viendo algunos vecinos de Osuna que las correrías de los moros habían cesado y que la tierra era fértil y abundante para la labor, se juntaron Gonzalo Gómez de la Puerta y Nicolás Migolla, Martín de Trujillo, Rui García de Pasilla, Juan de Pasilla, Juan de Llamas, Alonso de Quero y Martín de Bahamon, todos vecinos de Osuna, y tomaron en arrendamiento de Juan Ramírez de Guzmán, Mariscal de Castilla, Señor de Teba, noventa cahices (unas mil fanegas) de tierra por tiempo de nueve años, a precio de un cahiz de pan terciado y un par de gallinas por cada cahiz de tierra, todo puesto en Teba; para dicha labor, por estar lejos de Osuna, hicieron una choza para meter ganados. Y cumplido en dicho arrendamiento en 1501 hicieron otro por siete años, durante los que se juntaron Juan Cimbrón, Francisco López de la Rubia, Juan de Torres, Juan A. Diego y Alonso de Aciego, hermanos; Juan Crespillo, Juan de Luque, García Martín de la Zarca, y los Polos, y Jerónimo Pascual, y Juan Ruiz Naharros, todos de Teba y les pujaron el cuarto a los de Osuna y comenzaron a labrar las dichas tierras, donde hicieron sus chozas para los ganados, teniendo en Teba sus casas pobladas, donde pagaban sus diezmos y primicias, bautizaban sus hijos e iban a oir Misa. Después de lo cual, en 1508, Gonzalo Pachón, Miguel Jiménez, Alonso García, y otros vecinos de Antequera, se pasaron a labrar estos sitios, teniendo sus casas en Antequera, y desde dicho tiempo se vinieron muchas otras personas de los Santos y otras partes.
En 1516, viendo los dichos labradores que ya había más de sesenta casas, habitadas entre otras por las familias de los Aciegos, Polos, Crespillos y Naharros, y que se quedaban sin misa los días de fiesta, y el trabajo que pasaban en ir a recibir los Sacramentos a Teba, se juntaron Gonzalo Pachón y Miguel Ximénez y fueron a pedir al Iltmo. Sr. D. Diego Deza, Arzobispo de Sevilla, les diese un clérigo que les dijese misas los domingos y fiestas; y se nombró para dicho efecto a Nicolás Gálvez, vecino de Teba; se hizo una iglesia de chozas frontero de donde ahora está la iglesia de Nuestra Señora Santa Ana y se dijo veintiún años, en el cual tiempo se llevaban a bautizar los niños a Teba y desde allá se administraban los Santos Sacramentos a los de este lugar. En 1536 había ciento cincuenta casas y concedió el Arzobispo Cura y Pila de Bautismo.
En 13 de enero de 1537 se administró el primer bautismo por Don Bartolomé Sánchez Serrano, su primer cura.
La historia de la villa de Campillos arranca cronológicamente, como se ve, de la conquista del Reino de Granada: nuestro pueblo tendrá que presumir mejor de futuro que de pasado ya que tan sólo es posible historiar en sus tierras unas trece o catorce generaciones de campilleros. Una ventaja indudable para quien la escribe presenta tan cercano nacimiento".

Es, pues, durante el siglo XVI cuando se producen los primeros asentamientos de población en Campillos. En ese mismo siglo, la milenaria ciudad de Osuna -antigua Urso-, situada a unos cincuenta kilómetros de Campillos, tuvo su etapa histórica de mayor esplendor, con la figura de D. Juan Téllez Girón, IV Conde Ureña, el mecenas más importante de toda su historia. Padre del primer Duque de Osuna (casa nobiliaria bien retratada por Goya y Esteve), D. Juan Téllez, a lo largo de treinta años creó en la ciudad de Osuna el mayor conjunto monumental del Renacimiento sevillano, con la construcción de trece iglesias y conventos, un hospital, la Universidad, la Colegiata y el Sepulcro Ducal. La Universidad de Osuna fue una de las Universidades del Siglo de Oro español. Coetánea con las de Bolonia, Salamanca, Granada, Alcalá de Henares y Sevilla. Fundada en 1548, nació como una institución pontificia (Colegio Mayor y Universidad Literaria de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora). En ella estudiaron, entre otras muchas personalidades, Rodrigo Caro, Blanco White y el autor de "El Diablo Cojuelo", Luis Vélez de Guevara. Miguel de Cervantes escribió, acerca de esta Universidad, que "en Osuna y Orihuela todo cuela", quizás enfadado por algún percance allí sufrido. 

  D. Juan Téllez Girón, IV Conde Ureña. Fundador Universidad de Osuna (1548).





     Plaza de la Constitución (actualmente, Plaza de España). Campillos, 1868.


El libro de D. Baltasar Peña fue prologado, en 1960, por la persona más indicada para ello: su amigo D. Julio Caro Baroja, quizás el mejor antropólogo que ha dado España hasta fechas actuales. D. Julio fue, entre otras muchas cosas, Director del Museo del Pueblo Español durante once años y es muy conocida su obra Los Pueblos de España (editado en Alianza), entre otras muchas. Fue un verdadero erudito (formó parte de una gran estirpe, los Baroja) con una imponente bibliografía, que realizó él solo, sin ayuda de secretarias ni equipo alguno.

D. Julio Caro Baroja, en  su casa en Itzea (Navarra).

En el prólogo al libro de su amigo D. Baltasar Peña, resalta la difícil labor que han realizado y realizan los "cultivadores de la historia local, o los que llamamos historiadores de sucesos particulares", dando gran valor a obras "como la que ahora tengo el gusto de presentar al lector: es decir, la "Historia de Campillos" de mi querido amigo Baltasar Peña Hinojosa. Bien sé que su autor ha tenido una intención modesta, siempre loable y simpática: la de honrar a su pueblo natal".


De izquierda a derecha: Manuel Altolaguirre, Baltasar Peña, Luis Cernuda y Jose Mª Hinojosa. Ronda, 1928.


D. Baltasar Peña quiso compartir, con la publicación de su obra sobre Campillos, el gran caudal de datos que reunió para su composición. Su enorme generosidad, al compartir tan valiosa información, sin duda obtenida con enorme esfuerzo y dedicación, le honra como historiador y como persona. 


Fuentes:



- GUDIEL, GERÓNIMO: COMPENDIO DE ALGUNAS HISTORIAS DE ESPAÑA, DONDE SE TRATAN MUCHAS ANTIGUEDADES DIGNAS DE MEMORIA, Y ESPECIALMENTE SE DA NOTICIA DE LA ANTIGUA FAMILIA DE LOS GIRONES, Y DE OTROS MUCHOS LINAJES. CASA DE JUAN IÑIGUEZ DE LEQUERICA, ALCALÁ DE HENARES, 1577.

- MADOZ, PASCUAL: DICCIONARIO GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO-HISTÓRICO DE ESPAÑA Y SUS POSESIONES DE ULTRAMAR. MADRID, 1834-1850.

-AGUILAR Y CANO, ANTONIO: APUNTES HISTÓRICOS DE LA VILLA DE CAMPILLOS. IMPRENTA Y LIBRERÍA ESTRADA Y REINA, PUENTE GENIL,1891.

-PEÑA HINOJOSA, BALTASAR: PEQUEÑA HISTORIA DE LA VILLA DE CAMPILLOS. PUBLICACIONES DE LA CAJA DE AHORROS DE MÁLAGA,1960.









Noelia  Rodríguez Padilla.

jueves, 2 de noviembre de 2017

EL PAÍS DE LA CONCIENCIA: NUESTRO MICROCOSMOS INTERIOR, NUESTRO HOGAR.

"La conciencia es la unidad consigo mismo. Cuando soy consciente, vuelvo a mi casa; cuando pierdo la conciencia, me alejo, quién sabe a dónde. Todos los pensamientos e ideas nos alejan de nosotros mismos."

"La meditación ayuda a recuperar la niñez perdida".

"El silencio exterior es la ausencia de ruido; el silencio interior, es la ausencia de ego".

"Sin el silencio, no hay Dios".

Pablo d'Ors

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"Ningún hombre se perderá irremediablemente si frecuenta su conciencia y viaja por su territorio interior. Dentro de nosotros hay un reducto en el que podemos sentirnos seguros: una ermita, un escondite en el que cobijarnos porque ha sido preparado con este fin. Cuanto más se entra ahí, más se descubre lo espacioso que es y lo bien equipado que está. Ahí, en verdad, no falta de nada. Es un sitio en el que muy bien se puede morar.
Al principio, por su oscuridad, para guiarse por ese refugio se precisa de una linterna; pero luego nuestros ojos se van acostumbrando a las tinieblas y, al cabo, ni siquiera se comprende cómo, para estar ahí, pudimos un día necesitar de la luz artificial. ¡Está todo tan claro! ¡Todo resulta tan luminoso!
En el país de la propia conciencia hay muchas moradas. Es como un castillo con muros, torreones y puentes levadizos. Es como una isla o, mejor, como un archipiélago. Ahí eres dueño y señor como no imaginabas que podías llegar a serlo de ningún reino. Das una orden y te obedecen; tus deseos se cumplen antes de que los hayas formulado. Es un lugar lleno y vacío a la vez. En él estás solo, pero no te sientes solo.Ese territorio es un mundo, tu mundo, el espejo de otro mundo, el mundo mismo pero concentrado, dilatado, expandido: tu hogar.
Esa casa tan grande y hermosa es lo que somos. Yo soy eso, tú eres eso; lo sepamos o no, somos los señores de todo un reino. La extensión de nuestros dominios es formidable y triste la inconsciencia con que lo regentamos.
La meditación fortaleza la necesaria desconfianza en el mundo externo y la imprescindible confianza en  nuestro verdadero mundo, que solemos desconocer. Si meditamos, nuestras facciones se suavizan y nuestra expresión se transfigura. Seguimos aquí, en esta tierra, pero es como si ya ni perteneciéramos a ella. Habitamos en otro país, poco frecuentado, y atravesamos los campos de batalla sin ser heridos. No es que las flechas no se nos claven o las balas no se hundan en nuestras carnes; pero ni nos derrumban esas balas ni esas flechas hacen que brote la sangre. Salimos de esos campos de batalla acribillados, pero vivos: caminando y sonriendo porque no hemos sucumbido y nos hemos demostrado nuestra eternidad. Meditamos para ser más fuertes que la muerte.
Nadie sabe muy bien cómo es la conciencia de los seres humanos, porque nadie ha recorrido todos sus dominios. Algunos han llegado muy lejos en sus exploraciones; muchos se han quedado a las puertas; la mayoría desconoce que exista un territorio así. Como un microcosmos, todo lo de fuera está también ahí: el universo, las galaxias, los árboles, los manantiales...Todo sin excepción tiene ahí su puesto: los ríos y las montañas, los senderos y los precipicios, los juegos de la infancia, las máquinas. En ese espacio puedes perderte sin angustia. Das un paso y estás lejos, mil y sigues cerca. Es el jardín del estupor y de la maravilla."


Pablo d'Ors . Biografía del Silencio.







Fuentes:

-d'Ors Führer, Pablo: Biografía del Silencio. Ediciones Siruela, Madrid, 2012.

jueves, 28 de septiembre de 2017

ACERCA DE LOS ORÍGENES HISTÓRICOS DE NUESTRA BANDERA.


"La multitud ha sido en todas las épocas de la historia arrastrada por gestos más que por ideas. La muchedumbre no razona jamás".
Gregorio Marañón.

"El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad".
Albert Einstein.

"Rutinario, discreto, austero...Carlos III hizo de la Corte española la más aburrida de Europa. Pero también equilibró las arcas, favoreció a las clases populares y construyó edificios como el Museo del Prado".
Juan Eslava Galán.

"Barcelona es preciosa. Una lástima que esté en Cataluña".
Manuel Fraga Iribarne.

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Carlos III, el rey más aburrido de Europa:

Carlos III, al que llamaban el "rey tranquilo", también conocido como "el rey más aburrido de Europa", fue el creador de nuestra bandera actual: Hasta Carlos III, la bandera española había sido la de la Casa de Borbón, completamente blanca, pero en 1785, decretó que sus navíos de guerra usaran una nueva bandera roja y gualda para evitar que los ingleses los cañonearan si los confundían con los de otros Estados borbónicos enemigos de Albión. Esa bandera, desde 1843, sería la oficial de España y lo ha seguido siendo hasta nuestros días, excepto durante los años de la Segunda República, en los que se sustituyó por otra con la franja inferior morada, erróneo recordatorio de la supuesta bandera de los comuneros castellanos que se alzaron contra Carlos V. En realidad, el pendón castellano del que tomaron la idea era rojo, pero con el tiempo se había descolorido hasta parecer morado.

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Banderita, tú eres roja:

Carlos III trajo de Nápoles experiencia y ministros. Y por cierto, también la bandera española actual (oficial desde 1843), la roja y amarilla (que los cursis dicen "gualda"), con la franja central el doble de ancha. Hasta Carlos III, la bandera española había sido la de la casa de Borbón, completamente blanca, color nada sufrido, pero práctico, porque cualquier sábana servía. En 1785, siendo rey de Nápoles, Carlos adoptó la roja y amarilla para sus navíos de guerra, que, hasta entonces, se confundían fácilmente con las de los otros Estados borbónicos, España incluida, y ello le acarreaba disgustos.
Algunos extranjeros encuentran nuestra bandera un tanto estridente. Se echa de ver que su primer uso fue destacar para evitar que los enemigos naturales de los Borbones, que dominaban el mar, estragaran la parca flota napolitana. Luego, se le añadió el escudo de armas real con las lises borbónicas. La Primera República (1873) la mantuvo, aunque cambiando la corona real del escudo en corona mural, pero la Segunda República (1931) sustituyó la franja roja inferior por una morada y emparejó la anchura de las tres franjas. Como en su momento se dijo, escogieron el morado en memoria de los comuneros que combatieron por las libertades del pueblo contra Carlos V bajo el pendón morado, o eso creían ellos. En realidad, los pendones comuneros eran la enseña medieval castellana, es decir, rojo grana o carmesí. El morado que los republicanos adoptaron por error era, en realidad, el color del pendón del conde duque de Olivares. No es que tenga mayor importancia.
Aparte del diseño de la bandera, Carlos III tuvo el acierto de rodearse de ministros competentes que le hicieran el trabajo mientras él cazaba ciervos y perdices.
Los ilustrados soñaban con un país autosuficiente y, sobre todo, capaz de fabricar los productos manufacturados que las colonias americanas demandaban. Se habían propuesto recuperar un mercado invadido por los extranjeros y financiar con esas ganancias el desarrollo español. Contaban a su favor con una notable recuperación demográfica, que se operó a lo largo del siglo, así como un desarrollo paralelo de la agricultura.
La economía nacional creció. ¿Podríamos equipararnos a las naciones más poderosas de Europa? ¿Podríamos recuperar nuestro prestigio y nuestra potencia? Para alcanzar aquella utopía, el gobierno se fijó dos objetivos: orden y economía, nada de dispendios inútiles, y paciente eliminación de los estorbos y antiguallas que atoraban las acequias del progreso, especialmente los privilegios medievales de la devastadora Mesta, que mantenía postrada la agricultura. Había, también, que acabar con los encallecidos prejuicios hidalgos contra el trabajo manual. Un real decreto declaró que el trabajo manual no deshonraba a nadie (1783). Pero los medios no estuvieron a la altura de las intenciones. Ya se sabe lo difícil que es redimir para el trabajo a un vago de alcurnia. El mismo fracaso cosechó el gobierno cuando intentó hacer trabajar al otro estamento gandul de la sociedad, a los mendigos.
Los ilustrados apoyaban la libre empresa, que la gente pudiera enriquecerse sin trabas de clase o comerciales, porque de este modo el Estado se enriquecería con ellos. Pensaban que el beneficio de los particulares redundaría en el procomún, una ideología liberal plenamente moderna. Querían, además, producir una sociedad culta y libre de prejuicios, en la que cada cual viviera en perfecta libertad de conciencia. La traza era buena, pero las reformas sociales y económicas que proponían se estrellaron contra la inercia de la sociedad española, con el sopor secular de sus clases.
 
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"Carlos III cazador". Francisco de Goya. 1786.

Fuentes:

http://www.xlsemanal.com/conocer/20170208/carlos-iii-el-rey-mas-aburrido-de-europa.html

Eslava Galán, Juan: Historia de España contada para escépticos. Colección Booket Divulgación Histórica, Editorial Planeta, Barcelona, 2012. 


viernes, 22 de septiembre de 2017

REGRESA, UNA VEZ MÁS, LA NOBLE Y PACÍFICA DECADENCIA OTOÑAL ...

"Pensar que en esta vida las cosas de ella han de durar siempre, en un estado, es pensar en lo excusado; antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera precede al verano; el verano, al estío; el estío, al otoño, y el otoño, al invierno, y el invierno, a la primavera, y así toma a andarse el tiempo con esta rueda continua; sola la vida humana corre a su fin ligera más que el viento, sin esperar renovarse si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten".

Miguel de Cervantes. El Quijote. 

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Tramo de la carretera hacia la antigua estación de Gobantes. Campillos (Málaga), otoño de 2016. Foto realizada por Noelia Rodríguez Padilla.












OTOÑO
Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.

Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.

Juan Ramón Jiménez.