"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

sábado, 30 de diciembre de 2017

IRÉNE NÉMIROVSKY: UNA GRAN Y RECONOCIDA ESCRITORA, A LA QUE EL TRÁGICO DESTINO LLAMÓ A SU PUERTA.






"Para levantar un peso tan enorme, Sísifo, se necesitaría tu coraje.
No me faltan ánimos para la tarea, mas el objetivo es largo y el tiempo, corto".

Le vin de solitude. Iréne Némirovsky.

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Iréne Némirovsky.



Recién terminada la lectura de SUITE FRANCESA (SUITE FRANÇAISE), no puedo más que mostrar mi sentimiento de horror ante el trágico final de una gran escritora como fue Iréne Némirovsky (Kiev, 1903-Auschwitz, 1942). Murió con tan sólo treinta y nueve años de edad, habiendosele arrebatado la vida de una forma tan brutal e injusta como la muerte en un campo de exterminio nazi. Cuando los nazis se llevaron a esta jovencísima gran escritora, sólo por el hecho de haber nacido judía, Iréne ya era una escritora más que consagrada en el mundo de las letras parisinas.
La novela Suite Francesa, cuyo manuscrito no fue publicado hasta el año 2004, fue escrito por Iréne en el ambiente bélico parisino de la Segunda Guerra Mundial, rodeada de la normal escasez de todo lo básico para vivir, hasta del papel y la tinta para escribir. El manuscrito, acerca de la situación de Francia durante la ocupación por los nazis, fue escrito con una letra pequeñísima, apurando al máximo las páginas del cuaderno, estaba escrito a mano, a pluma (a Iréne le gustaba escribir con estilográfica, como se puede apreciar en la imagen de arriba) y "sueña con un libro de mil páginas, compuesto como una sinfonía, pero en cinco partes, en función de los ritmos y las tonalidades. Toma como modelo la Quinta Sinfonía de Beethoven.". En su publicación, en el año 2004, por la editorial francesa Denöel, el libro queda en 473 páginas y dos partes: TEMPESTAD EN JUNIO y DOLCE. En dos apartados más, como apéndices, figuran las notas que  Iréne escribió, en el proceso inicial de composición de SUITE FRANCESA y la correspondencia mantenida por ella y su marido, Michel Epstein tanto con sus editores en París como con todas las personas a las que acudió Michel, tras la detención y desaparición de Iréne, al fin de intentar conseguir noticias de su paradero y salvar su vida. La correspondencia incluida al final de este libro es el verdadero testimonio del horror provocado por los nazis en Francia, contra los más elementales derechos de todo ser humano. La desesperación y el miedo, tanto del marido de Iréne, como de sus amigos y familiares, se muestra con toda su crudeza en estas cartas. Ambos, Iréne y Michel fueron víctimas tanto de los totalitarismos de izquierdas (sus familias huyeron del terror bolchevique, que les arrebató toda su gran fortuna) como de los de derechas.



Iréne, con sus hijas, Denise Epstein y Élisabeth Gille.




Denise Epstein.



Denise Epstein abre "Suite Francesa" con esta dedicatoria: 

"Desde el recuerdo de mi madre y mi padre,
para mi hermana Élisabeth Gille, para mis hijos
y mis nietos, y para todos los que conocieron
y conocen todavía hoy el drama de la intolerancia,
esta Memoria para transmitir".


Suite Francesa fue concebida pensando en la Quinta Sinfonía de Beethoven, que la compuso poco antes de cumplir cuarenta años, la misma edad a la que falleció Iréne. El motivo inicial de esta sinfonía de Beethoven se refiere "al Destino que toca a la puerta". Quizás Iréne, en su extraordinaria sensibilidad artística y humana, captó que ese Destino, en su caso tan trágico e injusto, demasiado pronto iba a llamar a la suya.







Manuscrito de Suite Francesa.






Noelia Rodríguez Padilla.