"Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras
inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a
Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó
al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a
taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba
ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse
públicamente semejantes indecencias."
Charles de Baudelaire.
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Baudelaire, fotografiado por Nadar, en 1855.
EL ALBATROS
Suelen, por divertirse, los mozos marineros
cazar albatros, grandes pájaros de los mares
que siguen lentamente, indolentes viajeros,
al barco, que navega sobre abismos y azares.
Apenas los arrojan allí sobre cubierta,
príncipes del azul, torpes y avergonzados,
el ala grande y blanca aflojan como muerta
y la dejan, cual remos, caer a sus costados.
¡Qué débil y qué inútil ahora el viajero alado!
Él, antes tan hermoso, ¡qué grotesco en el suelo!
Con su pipa uno de ellos el pico le ha quemado,
otro imita, renqueando, del inválido el vuelo.
El poeta es igual...Allá arriba, en la altura,
¡qué importan flechas, rayos, tempestad desatada!
Desterrado en el mundo, concluyó la aventura:
¡sus alas de gigante no le sirven de nada!
Las Flores del Mal. Charles Baudelaire.
Fuentes:
-BAUDELAIRE, CHARLES: LAS FLORES DEL MAL. Biblioteca Edaf, Madrid, 1963.