"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

martes, 20 de octubre de 2015

PITÁGORAS Y LA MÚSICA DEL UNIVERSO.

"La más sublime y, sin embargo, la menos conocida de todas las especulaciones pitagóricas era la de la armonía sideral. Decían que Pitágoras era el único hombre que oía la música de las esferas. Parece que los caldeos fueron el primer pueblo que concibió que los cuerpos celestes se unían en un canto cósmico mientras se desplazaban majestuosamente por el cielo. Job describe una época en la que "las estrellas matutinas cantaban juntas" y, en "El mercader de Venecia", el autor de las obras de Shakespeare escribe lo siguiente: "Ni el astro más pequeño que veas en el cielo deja de imitar al moverse el canto de los ángeles". Sin embargo, es tan poco lo que se conserva del sistema pitagórico de música celestial que sólo se puede conocer una aproximación a su teoría."

Manly P. Hall.    Las Enseñanzas Secretas de todos los Tiempos.







La Tetractys, clave del universo. Diez puntos ordenados en triángulo, uno de los símbolos fundamentales de los pitagóricos. El número que contiene a todos: el diez. También simboliza este número el cierre pleno de un ciclo.





"Pitágoras nació, sin duda, en Grecia en los primeros años del siglo VI antes de nuestra era. Pero tenemos muy pocos datos precisos de su biografía, aunque parece ser que llegó a muy avanzada edad, más allá de los noventa años. Abandona muy pronto su Jonia natal para viajar; se encuentran huellas de su paso en Egipto y Babilonia. De regreso en su isla de Samos, sufre la presión en aumento de Persia y se exilia, con toda su familia, en la Italia meridional, en la ciudad griega de Crotona. Allí funda lo que se suele llamar la "Fraternidad pitagórica". Disfruta entonces de una gran celebridad y forma a muy numerosos discípulos. Pero, hacia el fin de su vida, su ascendencia espiritual inquieta a los dirigentes políticos y es desterrado de Crotona. Termina sus días en Metaponte. Sus discípulos fueron desterrados y sus lugares de reunión quemados. Esto contribuyó a tejer la leyenda de Pitágoras, y sólo sirvió para aumentar su influencia sobre las generaciones siguientes.
Curiosamente, no poseemos ningún escrito de Pitágoras, probablemente por haber sido destruidos todos, pero su celebridad fue tan grande que existen referencias a Pitágoras en la mayoría de los autores presocráticos: Jenófanes le menciona una vez, tres Heráclito, otra Empédocles y dos veces Iíon de Quios.
El principio fundamental básico de toda la filosofía pitagórica es la idea de una correspondencia entre los números y los mecanismos de la naturaleza. Para Pitágoras los números enteros eran capaces de expresar el equilibrio y el orden de la naturaleza.
Parece haber chocado especialmente a Pitágoras el hecho de que los sonidos producidos por la lira, cuyas cuerdas están sometidas a tensiones idénticas, reproducen las notas de la gama si se eligen longitudes de cuerda cuyas relaciones entre sí son expresables bajo la forma del cociente de números enteros, es decir, bajo la forma de lo que hoy se denominan números racionales. Este concepto de número racional se convirtió en la base de la descripción de todo el universo, descripción que no sólo era comprensible para el hombre, sino que además creaba, como la música, la armonía del mundo. Sin duda Pitágoras hubiera podido decir lo que veinticinco siglos más tarde sería la célebre frase del matemático Leopoldo Kronecker (1823-1891): "Dios ha creado los números naturales, el resto es creación del hombre". Lo que prueba, sea dicho de pasada, que Pitágoras escogió como principio básico de su cosmología uno que no ha "envejecido" mucho.
Como esta idea del número, y de las propiedades de los números, puede colocarse en posición paralela al desarrollo de los fenómenos físicos, parece justificada la opinión que suele considerar a Pitágoras como el padre de la ciencia. Fue él el primero en dar una indicación clara del papel fundamental que tiene que representar en la ciencia la noción de medida, expresada por un número. Esta idea constituye también el primer esbozo de representación de los fenómenos mediante un formalismo matemático, idea que hoy llega a veces a no poder dar de un fenómeno más que una descripción puramente matemática, sin ninguna vinculación inmediata con los datos directos de nuestros sentidos.
Pitágoras construirá toda su cosmología incorporando en ella los números del mismo modo que éstos se introducen en la armonía de la lira. El orden del universo le parece justificar que soles y planetas se desplacen en órbitas, no cualesquiera, sino en órbitas cuyas longitudes deben crear la armonía celestial, igual que las longitudes de las cuerdas de la lira crean la armonía musical.
La primera etapa de la cosmología pitagórica es admitir que la tierra es una esfera, y no un disco flotando en el aire como creía aún poco antes que él Anaximandro. Pitágoras supone, después, que el sol, la luna y los cinco planetas entonces conocidos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) dan vueltas alrededor de la tierra en círculos concéntricos fijados cada uno a una esfera o a una rueda; mucho más alejada existe aún otra esfera, la de las estrellas fijas. Al desplazarse en el aire (pues se suponía que el aire llenaba todo el cielo), esos cuerpos producen una nota musical, igual que lo hace la cuerda de la lira cuando se la frota ligeramente. El conjunto del concierto musical producido así por los astros en rotación constituye la armonía celeste, o armonía de las esferas (celestes). Es algo así como si el universo fuera una lira inmensa de cuerdas circulares; las leyes de la armonía, conocidas por los pitagóricos, son pues también las leyes de todo el universo. En La Historia Natural, de Plinio, se lee que, según Pitágoras, el intervalo musical formado por la tierra y la luna era de un tono; de Mercurio a Venus, un semitono; de Venus al sol, una tercera menor; del sol a Marte, un tono; de Marte a Júpiter, un semitono; de Júpiter a Saturno, un semitono, y de Saturno a la esfera de las estrellas fijas, una tercera menor.
A decir verdad, sin duda había que tener el oído muy fino para oir esta armonía de las esferas; se decía que sólo el maestro, Pitágoras, era verdaderamente capaz de percibir ese concierto de los mundos en movimiento alrededor de la tierra.
No obstante, no nos riamos demasiado de la cosmología de Pitágoras. El fue el primero en descubrir que el movimiento de los astros obedecía a determinadas reglas, y que esas reglas podían traducirse en números tan fácilmente como los números que miden las longitudes de las cuerdas de una lira, y esto era un progreso considerable en relación con la idea que antes de él se tenía del cosmos. En fin de cuentas, el concepto de un orden que rige los fenómenos cósmicos es el primer postulado de la ciencia."


JEAN F. CHARON. COSMOLOGÍA. Teorías sobre el universo.












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Fuentes:

-CHARON, JEAN F.: COSMOLOGÍA. Teorías sobre el universo. Biblioteca para el hombre actual. Ediciones Guadarrama. Madrid, 1969.

http://ciencia.nasa.gov/ciencias-especiales/01nov_ismsounds/


https://actualidad.rt.com/ciencias/view/131349-video-nasa-sonidos-planetas-sistema-solar

https://es.wikipedia.org/wiki/Pit%C3%A1goras