"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

martes, 28 de abril de 2015

CÁNCER (I) : Entrevista a la directora del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas), María Blasco Marhuenda.-


"Los intereses de la industria farmacéutica son contrarios a los de la población".
Miguel Jara. Laboratorio de médicos. Editorial Península. 2011.






Para quienes somos pacientes de oncología médica, el viejo tema de que la enfermedad (y el cáncer) es un suculento negocio para la poderosísima industria farmacéutica ya lo sabíamos o intuíamos, pero en esta entrevista a la actual directora del CNIO, constituido como fundación sin ánimo de lucro, referente mundial en la investigación del cáncer, la entrevistada habla claro, sin medias tintas, acerca del panorama mundial (y español) en la investigación de las enfermedades graves y de los intereses económicos de las empresas farmacéuticas:












¿Dominará la empresa privada la investigación en los próximos cien años? Lo que es evidente es que ahora los Estados no pueden afrontar los costes de los ensayos clínicos. Son las empresas farmacéuticas – como es natural– las que están aportando los fondos para que cada día se investigue más. Aquí mismo, en el CNIO, hemos vivido casos muy interesantes. Tenemos un programa de desarrollo de fármacos, que es importantísimo para el centro, del que estamos muy orgullosos. Hacemos el desarrollo inicial, que es el que podemos hacer, porque tenemos a los investigadores, a los que tienen las ideas, a los que descubren las cosas nuevas. Pero en determinado punto necesitamos alianzas con la empresa farmacéutica para hacer la siguiente inversión, que ya es algo que el presupuesto del centro no puede atender de ninguna manera. Pero ya hemos logrado, entre otras muchas cosas, algo tan importante como acelerar el desarrollo de fármacos, porque lo que normalmente tarda veinte años, aquí ya se lo damos hecho a la empresa. O sea, que los Gobiernos deberían apostar por dotar a los centros de élite de suficiente presupuesto para conseguir esas fases iniciales de la investigación que tienen un valor incalculable. Incluso en este centro, por la licencia de uno de nuestros proyectos, ya hemos ingresado medio millón de euros, y nuestro sueño es alcanzar los 20 millones de euros. Pero sí, por supuesto que es clave la colaboración con las empresas farmacéuticas, aunque…
Acabe, acabe usted la frase que ha dejado a medias… No, no, decía que es un handicap también, porque va a depender, obviamente, de los intereses económicos de las empresas farmacéuticas. Pero bueno, al final se trata de que la obtención de rentabilidad de ese fármaco sea un acicate para lograr que la investigación llegue a buen puerto, que es lo que deseamos los investigadores: que nuestro trabajo sea útil, que llegue a revertir en beneficio de la sociedad. Lo que no evita algo evidente, que es que no todas las enfermedades se estudian por igual, porque depende del interés económico y de incidencia. Al ébola, mientras era una cosa rara que ocurría en África, en Occidente nadie le prestaba la menor atención. Pero en cuanto ha saltado a países del primer mundo… Hay muchísimas enfermedades raras que causan muchísimo dolor en no pocas personas, incluso en los países más desarrollados, pero que no tienen tratamiento porque a nadie le merece la pena económicamente ponerse a buscar el remedio. Es una tremenda injusticia que solo podría paliarse con ayuda de fundaciones privadas o apoyo directo de instituciones públicas. Será rara la enfermedad, pero estamos obligados a curarla…





http://elpais.com/elpais/2015/04/08/eps/1428494270_672825.html





http://mini-leaks.com/hot-topics/miguel-jara-%E2%80%9Clos-intereses-de-la-industria-farmaceutica-son-contrarios-a-los-de-la-poblacion%E2%80%9D/





















 n.r.p.

domingo, 26 de abril de 2015

ACERCA DE LA ABOGACÍA (I) : El País Semanal, Domingo 26 de Abril de 2015. OTRAS ABOGACÍAS.-

"La asistencia gratuita no es una carga; es un tributo de nobleza".
Pedro Luis y Héctor Erizzo: "La vita dell´avvocato" (La Vida del Abogado). Atalaya del Tiempo Presente. Luis Caralt editor. Barcelona. 1945 (2ª edición).



El pasado domingo, día 19 de Abril, el diario El País, publicó en su revista EPS (El País Semanal) un reportaje acerca del funcionamiento de los "grandes" despachos de abogados de Madrid, dejando entrever, a lo largo de todo el reportaje,  que estamos ante "Letrados de élite", que  cobran cuantiosas minutas dirigiendo asuntos sin pisar, en la mayoría de los casos, los Juzgados. Son los defensores de los grandes directivos, ejecutivos de multinacionales, gente poderosa, en definitiva. Jamás defenderían a un humilde desahuciado por la Banca, por poner un ejemplo. El reportaje fue titulado "Superabogados. La Ley del Mercado". Con razón, ha provocado la indignación de un grupo de abogados del ICAM, Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, que ha publicado una carta - titulada "Otras abogacías"-,  en contra del título elegido para este reportaje. Hay que añadir que en un anterior número de esta misma revista (que pertenece a un periódico que se dice ser de izquierdas), apareció justamente un reportaje sobre las vicisitudes de los abogados de oficio, al que titularon de esta manera: "La Incomprendida vocación de los Abogados de Oficio". Desde luego, tras la lectura de ambos reportajes, el lector asiduo de esta revista se queda no sólo con la clarísima impresión de que hay abogados "de primera clase" y de "tercera clase", sino -sobretodo- con la convicción de que los abogados de oficio son los  "abogados de verdad".  



Otras abogacías
Se hace un flaco favor a la imagen de la abogacía cuando se titula en el reportaje de portada del 12 de marzo como Superabogados, refiriéndose a las élites económicas de la profesión encuadradas en las fábricas de Derecho al servicio de la entidades financieras y grandes empresas que son esos bufetes de abogados. Mullidores de grandes fiascos como el concurso de Banco de Madrid o la opa de Martinsa Fadesa. Se olvidan de contarnos a los lectores que estas macroempresas son lo que son por su relación con los políticos y los gestores de la Administración, por su relación con los directivos de la banca y de las grandes multinacionales que rigen nuestros destinos.
Parece deducirse que a los cientos de abogados júniores que allí trabajan, a los que se les exige una agotadora jornada, son felices por mantener el simple derecho al trabajo. Que ya se sabe que la mayoría de las mujeres son júniores, pero solo una escasa minoría son socios. Los superabogados de verdad son los que tienen una autentica vocación y dedicación a la justicia, esos que se comen los marronesdel turno de oficio, haciendo guardias y encargándose de juicios en todas las jurisdicciones, por cantidades irrisorias, los que han defendido a los afectados por ejecuciones hipotecarias, los que, en definitiva, con su trabajo salvan el derecho a la tutela judicial efectiva.
Vilma Benel Calderón, Jesús Calpe, Olga Jiménez y Nuria MartÍn Sebastián. Abogados del ICAM


n.r.p.

viernes, 24 de abril de 2015

JUAN GOYTISOLO, Premio Cervantes 2014 : "A LA LLANA Y SIN RODEOS".

Los contaminados por Cervantes no nos resignamos a la injusticia.
Juan Goytisolo.



Discurso de Juan Goytisolo
 Ceremonia de entrega del Premio Cervantes 2014 


A la llana y sin rodeos 





En términos generales, los escritores se dividen en dos esferas o clases: la de quienes conciben su tarea como una carrera y la de quienes la viven como una adicción. El encasillado en las primeras cuida de su promoción y visibilidad mediática, aspira a triunfar. El de las segundas, no. El cumplir consigo mismo le basta y si, como sucede a veces, la adicción le procura beneficios materiales, pasa de la categoría de adicto a la de camello o revendedor. Llamaré a los del primer apartado, literatos y a los del segundo, escritores a secas o más modestamente incurables aprendices de escribidor. A comienzos de mi larga trayectoria, primero de literato, luego de aprendiz de escribidor, incurrí en la vanagloria de la búsqueda del éxito -atraer la luz de los focos, “ser noticia”, como dicen obscenamente los parásitos de la literatura- sin parar mientes en que, como vio muy bien Manuel Azaña, una cosa es la actualidad efímera y otra muy distinta la modernidad atemporal de las obras destinadas a perdurar pese al ostracismo que a menudo sufrieron cuando fueron escritas. La vejez de lo nuevo se reitera a lo largo del tiempo con su ilusión de frescura marchita. El dulce señuelo de la fama sería patético si no fuera simplemente absurdo. Ajena a toda manipulación y teatro de títeres, la verdadera obra de arte no tiene prisas: puede dormir durante décadas como La regenta o durante siglos como La lozana andaluza. Quienes adensaron el silencio en torno a nuestro primer escritor y lo condenaron al anonimato en el que vivía hasta la publicación del Quijote no podían imaginar siquiera que la fuerza genésica de su novela les sobreviviría y alcanzaría una dimensión sin fronteras ni épocas. “Llevo en mí la conciencia de la derrota como un pendón de victoria”, escribe Fernando Pessoa, y coincido enteramente con él. Ser objeto de halagos por la institución literaria me lleva a dudar de mí mismo, ser persona non grata a ojos de ella me reconforta en mi conducta y labor. Desde la altura de la edad, siento la aceptación del reconocimiento como un golpe de espada en el agua, como una inútil celebración. Mi condición de hombre libre conquistada a duras penas invita a la modestia. La mirada desde la periferia al centro es más lúcida que a la inversa y al evocar la lista de mis maestros condenados al exilio y silencio por los centinelas del canon nacionalcatólico no puedo menos que rememorar con melancolía la verdad de sus críticas y ejemplar honradez. La luz brota del subsuelo cuando menos se la espera. Como dijo con ironía Dámaso Alonso tras el logro de su laborioso rescate del hasta entonces ninguneado Góngora, ¡quién pudiera estar aún en la oposición! Mi instintiva reserva a los nacionalismos de toda índole y sus identidades totémicas, incapaces de abarcar la riqueza y diversidad de su propio contenido, me ha llevado a abrazar como un salvavidas la reivindicada por Carlos Fuentes nacionalidad cervantina. Me reconozco plenamente en ella. Cervantear es aventurarse en el territorio incierto de lo desconocido con la cabeza cubierta con un frágil yelmo bacía. Dudar de los dogmas y supuestas verdades como puños nos ayuda a eludir el dilema que nos acecha entre la uniformidad impuesta por el fundamentalismo de la tecnociencia en el mundo globalizado de hoy y la previsible reacción violenta de las identidades religiosas o ideológicas que sienten amenazados sus credos y esencias. En vez de empecinarse en desenterrar los pobres huesos de Cervantes y comercializarlos tal vez de cara al turismo como santas reliquias fabricadas probablemente en China, ¿no sería mejor sacar a la luz los episodios oscuros de su vida tras su rescate laborioso de Argel? ¿Cuántos lectores del Quijote conocen las estrecheces y miseria que padeció, su denegada solicitud de emigrar a América, sus negocios fracasados, estancia en la cárcel sevillana por deudas, difícil acomodo en el barrio malfamado del Rastro de Valladolid con su esposa, hija, hermana y sobrina en 1605, año de la Primera Parte de su novela, en los márgenes más promiscuos y bajos de la sociedad? Hace ya algún tiempo, dedique unas páginas a los titulados Documentos cervantinos hasta ahora inéditos del presbítero Cristóbal Pérez Pastor, impresos en 1902 con el propósito, dice, de que “reine la verdad y desaparezcan las sombras”, obra cuya lectura me impresionó en la medida en que, pese a sus pruebas fehacientes y a otras indagaciones posteriores, la verdad no se ha impuesto fuera de un puñado de eruditos, y más de un siglo después las sombras permanecen. Sí, mientras se suceden las conferencias, homenajes, celebraciones y otros actos oficiales que engordan a la burocracia oficial y sus vientres sentados, (la expresión es de Luis Cernuda) pocos, muy pocos se esfuerzan en evocar sin anteojeras su carrera teatral frustrada, los tantos años en los que, dice en el prólogo del Quijote, “duermo en el silencio del olvido”: ese “poetón ya viejo” (más versado en desdichas que en versos) que aguarda en silencio el referendo del falible legislador que es el vulgo. Alcanzar la vejez es comprobar la vacuidad y lo ilusorio de nuestras vidas, esa “exquisita mierda de la gloria” de la que habla Gabriel García Márquez al referirse a las hazañas inútiles del coronel Aureliano Buendía y de los sufridos luchadores de Macondo. El ameno jardín en el que transcurre la existencia de los menos, no debe distraernos de la suerte de los más en un mundo en el que el portentoso progreso de las nuevas tecnologías corre parejo a la proliferación de las guerras y luchas mortíferas, el radio infinito de la injusticia, la pobreza y el hambre. Es empresa de los caballeros andantes, decía don Quijote, “deshacer tuertos y socorrer y acudir a los miserables” e imagino al hidalgo manchego montado a lomos de Rocinante acometiendo lanza en ristre contra los esbirros de la Santa Hermandad que proceden al desalojo de los desahuciados, contra los corruptos de la ingeniería financiera o, a Estrecho traviesa, al pie de las verjas de Ceuta y Melilla que él toma por encantados castillos con puentes levadizos y torres almenadas socorriendo a unos inmigrantes cuyo único crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad. Sí, al héroe de Cervantes y a los lectores tocados por la gracia de su novela nos resulta difícil resignarnos a la existencia de un mundo aquejado de paro, corrupción, precariedad, crecientes desigualdades sociales y exilio profesional de los jóvenes como en el que actualmente vivimos. Si ello es locura, aceptémosla. El buen Sancho encontrará siempre un refrán para defenderla. El panorama a nuestro alcance es sombrío: crisis económica, crisis política, crisis social. Según las estadísticas que tengo a mano, más del 20% de los niños de nuestra Marca España vive hoy bajo el umbral de la pobreza, una cifra con todo inferior a la del nivel del paro. Las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo. No se trata de poner la pluma al servicio de una causa, por justa que sea, sino de introducir el fermento contestatario de esta en el ámbito de la escritura. Encajar la trama novelesca en el molde de unas formas reiteradas hasta la saciedad condena la obra a la irrelevancia y una vez más, en la encrucijada, Cervantes nos muestra el camino. Su conciencia del tiempo “devorador y consumidor de las cosas” del que habla en el magistral capítulo IX de la Primera Parte del libro le indujo a adelantarse a él y a servirse de los géneros literarios en boga como material de derribo para construir un portentoso relato de relatos que se despliega hasta el infinito. Como dije hace ya bastantes años, la locura de Alonso Quijano trastornado por sus lecturas se contagia a su creador enloquecido por los poderes de la literatura. Volver a Cervantes y asumir la locura de su personaje como una forma superior de cordura, tal es la lección del Quijote. Al hacerlo no nos evadimos de la realidad inicua que nos rodea. Asentamos al revés los pies en ella. Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia. 






















n.r.p.

lunes, 20 de abril de 2015

EL PARLAMENTO EUROPEO DECIDE INVESTIGAR LAS CLÁUSULAS SUELO...


Un banquero es un señor que nos presta un paraguas cuando hace sol y nos lo exige cuando empieza a llover.




...MÁs de 5 Millones de afectados podrán recuperar su dinero
La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo ha admitido a tramite la solicitud de la Fundación Youbank para que se elimine las cláusulas suelo hipotecarias y se devuelvan a todos los afectados lo que han tenido que pagar indebidamente.
Así lo ha comunicado la Presidenta de la Comisión, Cecilia Wikstrom, quien añadió que el primer paso ha sido decidir solicitar a la Comisión Europea que lleve a cabo una investigación sobre el asunto durante las próximas semanas.
Tan pronto se disponga de la información necesaria, se tomara una decisión que podrá afectar a millones de españoles.
Las decisiones de la Comisión Europea son vinculantes para los Estados miembros de la Unión Europea.
Queremos agradecer a todos los que con vuestro apoyo habeis permitido que se vaya a discutir en la Eurocamara nuestra petición, y muy especialmente a la plataforma https://www.facebook.com/Eliminacion.Clausula.Suelo y a Eduardo Martinez Cobo, por el gran esfuerzo y dedicación realizados para que esta campaña de recogida de firmas sea un éxito.



CARTA A
Presidente Parlamento Europeo Martin Schulz
Presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker
Presidente Banco Central Europeo Mario Draghi
Que obligue al banco de España y al Ministerio de Economía a tomar las medidas necesarias para eliminar las cláusulas suelo hipotecaria y devolver lo cobrado indebidamente.



Las clausulas suelo hipotecarias es una condición que las entidades financieras en España han utilizado para impedir que los ciudadanos que formalizaron un préstamo hipotecario a tipo de interés variable, se puedan beneficiar de la bajada de tipo de interés.


Dichas clausulas han sido recientemente declaradas como nulas por falta de transparencia por el Tribunal supremo de España.

Desde la Fundacion Youbank hemos iniciado una campaña de recogida de firmas para que el Banco de España y el Ministerio de Economia actúen en cumplimiento de sus funciones, defendiendo los intereses de los ciudadanos, usuarios de los servicios financieros y aplicando las sanciones correspondientes a aquellas entidades Financieras que han cometido abusos.

Nada de esto se ha realizado,el Banco de España nos contesta a nuestra propuesta enviada en julio de 2.013,en el sentido que no se considera competente para decidir sobre el tema de las cláusulas suelo.

Y el Ministerio de Economia, al que hemos informado de esta situación y le hemos enviado nuestra propuesta, aun no se ha dignado en contestarnos.

Por dichos motivos, solicitamos al Parlamento Europeo que se pueda interesar en este tema, que afecta a mas de 5 millones de ciudadanos,y esta obligando a que cada ciudadano tenga que iniciar una demanda judicial contra su banco, con el perjuicio economice incertidumbre que supone para un ciudadano demandar a una entidad financiera.

Por lo que solicitamos que el Parlamento Europeo se interese por este asunto, ante el abandono de sus responsabilidades de las entidades competentes de España.

Le adjunto la campaña de recogida de firmas iniciada:

Saludos y gracias por su atención
José Lacalle
Presidente de la Fundacion Youbank




Enlace, con el video de la intervención realizada el 16 de Abril en el Comité de Peticiones del Parlamento Europeo en Bruselas

https://youtu.be/SfcX4Icg-FQ

En breve se nos notificará la resolución que adopte el Parlamento Europeo sobre la cuestión planteada.

Hemos conseguido con vuestro apoyo, que se nos oiga en Europa.

Ahora tenemos una gran oportunidad para que tanto el Parlamento como el Banco Central Europeo tomen medidas eficaces para acabar con esta injusta situación.

Os agradecería que difundieseis entre vuestros contactos esta campaña de recogida de firmas, para obtener una mayor repercusión y consigamos entre todos que se tomen decisiones pensado en los ciudadanos.

Muchas gracias
Jose Lacalle 
Fundacion Youbank








































n.r.p.

viernes, 17 de abril de 2015

jueves, 2 de abril de 2015

"San Juan Bautista Niño", de Miguel Ángel Buonarrotti, símbolo de victoria contra la barbarie.-

Sin arte la vida sería un error.
Enviar frase 

Alguien dijo que el arte es la firma de la civilización. En el caso de esta preciosa escultura, creada por el artista italiano Michelanchelo Buonarrotti, Miguel Ángel - y única obra suya situada en España-, en 1495 por un encargo de uno de los Médici de Florencia, mecenas del escultor, estamos no sólo ante una de las más bellas obras que haya dado fruto la civilización humana, sino, además, ante todo un símbolo de la victoria frente a la barbarie de una guerra. Esta escultura fue ferozmente destrozada durante la Guerra Civil española (estaba colocada en el Altar mayor de La Capilla del Salvador, en Úbeda), hace casi ochenta años, y fue recogida de entre los destrozos y restaurada en Italia, durante un largo tiempo, diecinueve años. Los propietarios de La Capilla del Salvador, la Fundación Casa Ducal Medinaceli y los restauradores, han considerado conveniente dejar visibles las huellas del profundo maltrato realizado a la obra de Miguel Ángel. En la Guerra Civil española no hubo lugar de culto sagrado que fuera respetado. Muchísimas tallas, pinturas y reliquias fueron profanadas miserablemente. Muchas fueron destruidas totalmente, sin posibilidad de recuperación y reconstrucción, una vez terminada la guerra. Otras, muy pocas, llegaron a ver la luz de la renovada civilización y han podido resucitar de sus cenizas, como el Ave Fénix, como el San Juan Bautista Niño, de Miguel Ángel. Todo un triunfo  simbólico contra la intolerancia religiosa en tiempos de guerra. Es un "y aquí estoy, después de lo que me hicísteis. No habéis podido conmigo". Ni una guerra civil tan sangrienta y avasalladora como la española pudo con él. Seguramente, de no tratarse de una creación tan especial (obra de Miguel Ángel y la única -comprobada su autenticidad- suya en suelo español), no habría sido restaurada con tanto esmero, dedicación, medios humanos y materiales durante estos últimos veinte años.









































Fuentes:

https://www.museodelprado.es/exposiciones/info/en-el-museo/san-juanito/exposicion/

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/30/actualidad/1427731776_937979.html


http://cultura.elpais.com/cultura/2013/05/20/actualidad/1369081610_637669.html

http://www.fundacionmedinaceli.org/

 http://www.ubedaporlacultura.es/es/arte-y-diseno/53-sobre-el-san-juanito-de-ubeda.html

http://ubeda.ideal.es/directorio/turismo-y-patrimonio/3263-con-el-regreso-del-san-juanito-ubeda-tendra-el-unico-miguel-angel-de-espana.html


http://toledoolvidado.blogspot.com.es/2011/04/la-barbarie-anticlerical-en-la-guerra.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Quema_de_conventos_de_1931_en_Espa%C3%B1a


http://www.visitaubedaybaeza.com/miscelaneus/los-destrozos-de-la-guerra-civil-en-la-sacra-capilla-del-salvador





jueves, 12 de febrero de 2015

PÁRRAFOS ESCOGIDOS (VI): "HISTORIA DE DOS CIUDADES", de Charles Dickens.-


"Debía llegar un día en que la sangre correría sobre el empedrado de las calles y dejaría manchas rojas en la cara y en las manos de la mayor parte de los que allí se encontraban".
Historia de dos ciudades (1859). Charles Dickens.






«Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo.». Así comienza una de las mejores novelas de Charles Dickens, ambientada en los albores de la Revolución Francesa. Las dos ciudades que dan título a la novela son Londres y París. Londres, aquí simboliza la paz y tranquilidad, el orden en las calles y la justicia. Por el contrario, París simboliza el horror, el caos en las calles y la venganza...




“Yo, Alejandro Manette, desgraciado médico, natural de Beauvais y residente luego en París, escribo este documento en mi triste calabozo de la Bastilla, en el último mes de… Lo ocultaré luego en un agujero practicado en la chimenea, y tal vez lo encuentre un hombre compasivo cuando yo no exista ya.
”Escribo con un clavo y con hollín y polvo de carbón por tinta, a la que mezclo algo de sangre. Este es mi décimo año de cautiverio y ya he perdido toda esperanza. Además, me doy cuenta de que pronto me abandonará la razón, pero declaro solemnemente que todavía estoy en posesión de mi entero juicio y que mi memoria es exacta, así como que escribo la verdad.
”Una noche de diciembre de…, paseaba yo junto al muelle del Sena, a bastante distancia de mi residencia, cuando llegó junto a mí un carruaje que iba bastante aprisa. Me aparté para no ser atropellado y entonces uno de sus ocupantes sacó la cabeza por la ventanilla Y ordenó parar.
”El coche se detuvo casi inmediatamente y la misma voz me llamó por mi nombre.
Cuando llegué junto al coche ya habían bajado las dos personas que lo ocupaban y que iban envueltas en capas, como si quisieran ocultarse. Ambos eran jóvenes, de mi edad, y se parecían bastante.
”Se cercioraron de que yo era el doctor Manette y luego me dijeron que después de haber estado en mi casa y de averiguar que, probablemente, estaría paseando junto al río, acudieron a mi encuentro. Dicho esto me invitaron a subir al carruaje de modo que más parecía una orden. Me resistí tratando de averiguar qué deseaban y me contestaron que se trataba de prestar mis auxilios médicos a un enfermo. No tuve más remedio que obedecer y al poco rato el carruaje había salido de la ciudad para detenerse ante una casa solitaria que se hallaría a cosa de media legua de París. Bajamos los tres a un jardín algo abandonado y entramos en la casa.
”A la luz reinante comprendí que aquellos hombres eran hermanos y tal vez gemelos, pero inmediatamente solicitaron mi atención unos gritos que procedían, aparentemente, de una habitación situada en el primer piso. Me condujeron allí y a la habitación en que se hallaba la paciente, pues era una mujer joven, de gran belleza. Tendría veinte años, estaba despeinada y tenía los brazos atados a los costados. Inmediatamente vi que la pobre mujer sufría una fiebre cerebral. Me acerqué a ella, le puse la mano en el pecho tratando de calmarla, en tanto que ella, con los ojos desorbitados, pronunciaba a gritos las siguientes palabras: “Mi marido, mi padre, mi hermano.” Luego contaba hasta doce y volvía a pronunciar las mismas palabras, sin la menor variación.
”Pregunté por la duración del ataque, y el que parece mayor de los dos hermanos me contestó que desde la noche anterior a la misma hora.
”Indagué, entonces, si la desgraciada mujer tenía padre, hermano y marido. Me contestaron que tenía hermano y que el hecho de que la desgraciada contara hasta doce, sin parar, podía relacionarse con la hora de las doce de la noche.
”Como nada me habían advertido acerca de la naturaleza de la dolencia, yo estaba desprovisto de los medios de aliviar a la enferma, y al hacerlo constar me ofrecieron una caja en que había algunas medicinas; escogí las que me parecieron apropiadas y conseguí que la paciente tragara cierta cantidad de ellas. Como era preciso observar el efecto que producían en la enferma, me senté a su lado, en tanto que ella seguía gritando las mismas palabras.
”Mientras estaba así, al lado de la desgraciada mujer, uno de los dos hermanos me dijo que había otro enfermo, y dándome cuenta de que, probablemente, se trataría de un caso también urgente, seguí a los dos jóvenes, que me llevaron a una especie de buhardilla, donde, tendido en el suelo y con una almohada bajo la cabeza, estaba un muchacho campesino, que no contaría arriba de diecisiete años. Estaba echado de espaldas, con una mano, en el pecho y los ojos mirando al techo. Me di cuenta de que estaba herido y de muerte, y arrodillándome a su lado, le dije que era médico y que acudía a cuidarlo.
”Al principio se negó a dejarse examinar, pero luego consintió y vi que tenía una herida en el pecho, producida por una espada, tal vez el día anterior, pero no era posible salvarlo. Se moría y al volver los ojos hacia los dos hermanos, observé que contemplaban al pobre muchacho con la misma indiferencia que si fuese un conejo o un pájaro moribundo.
”Pregunté cómo fue herido el muchacho, y uno de los hermanos me contestó que aquel siervo le había obligado a desenvainar la espada, pero que cayó muerto en duelo, cual si fuese un caballero. En sus palabras no pude advertir la menor emoción ni sentimiento humanitario.
”Entonces el herido se volvió hacia mí y me dijo:
”—Estos nobles son muy orgullosos, doctor, pero también nosotros, los perros, lo somos a veces. Nos roban, nos ultrajan, nos pegan y nos matan, pero a veces tenemos un poco de orgullo. ¿La habéis visto, doctor?
”Desde allí se oían los gritos de la desgraciada. Yo le contesté afirmativamente y él me dijo entonces que era su hermana y que estaba prometida a un vasallo de los mismos nobles, con el que se casó, aunque estaba enfermo y delicado, pero cuando hacía pocas semanas de su boda, uno de los dos nobles, que vio a su hermana, quiso hacerla suya y para lograr que su propio marido la convenciera de que consintiese en tal infamia, cogieron al desgraciado y lo uncieron a un carro y le obligaron a tirar de él. Luego, por la noche, lo pusieron de centinela para que acallara el canto de las ranas, a fin de que no turbasen el sueño de los señores. Y así, tirando de un carro de día y de noche cuidando de que las ranas no cantaran, el pobre hombre, un día en que le soltaron para que se fuera a comer, si encontraba qué, exhaló doce sollozos, uno por cada campanada del reloj y murió en los brazos de su esposa.
”El moribundo se sostenía tan sólo por su deseo de referir aquel tremendo drama y continuó:
”—Una vez muerto mi cuñado se apoderaron de mi pobre hermana. Yo lo supe y llevé la noticia a nuestro padre, cuyo corazón se quebrantó al oírla. Luego acompañé a mi hermana menor hasta un sitio donde no la encontrarán y en donde ya no será nunca más la vasalla de ese hombre. Hecho eso fui al encuentro de ese noble, y aunque soy un perro despreciable, empuñaba una espada... Pero, ¿dónde está la ventana? ¿No había una ventana? —preguntó— Me oyó mi hermana y acudió corriendo, pero le dije que no se acercara hasta que uno de los dos estuviera muerto. El raptor empezó tirándome algunas monedas y luego me pegó con su látigo, pero yo, a pesar de ser un perro y nada más le abofeteé hasta obligarle a sacar la espada. Puede romper ahora la que manchó con la sangre de un villano, pero lo cierto es que tuvo que desenvainarla para defender su vida.
El moribundo hizo una pausa y luego rogó:
—Incorporadme, doctor. ¿Dónde está ese hombre que no le veo? Volvedme el rostro hacia él, que quiero verle.
”Hice lo que me pedía y él, entonces, encarándose con el hermano menor, gritó:
—Día llegará, marqués, en que será preciso dar cuenta de todas estas cosas y para entonces te emplazo a ti y a todos los de tu raza maldita para que respondáis de vuestros crímenes y como testimonio de ello te marco con esta cruz.
“Llevó los dedos a su pecho y retirándolos mojados en sangre, trazó una cruz en el aire. Luego se quedó rígido y cayó muerto.
”Cuando volví junto a la enferma, la encontré de la misma manera. Comprendí que podía continuar de igual modo por espacio de muchas horas, aunque no dudaba de que moriría. Repetí el medicamento y me senté a su lado hasta que la noche estuvo muy avanzada. La desgraciada seguía gritando las mismas palabras que antes.
”Pasaron treinta y seis horas más, sin que variase su estado, hasta que el ataque empezó a ceder y se calló, quedándose como muerta.
”Entonces fue cuando pude darme cuenta de que la pobre estaba encinta y eso me hizo perder las pocas esperanzas que tenía de salvarla.
”En aquel momento entró en la estancia el marqués y me preguntó si había muerto.
“Contesté negativamente, añadiendo que sin duda moriría muy pronto. El marqués se acercó a mí y en voz baja me indicó la conveniencia de que en cuanto hubiese terminado todo, yo olvidara aquellos hechos.
”No le contesté fingiendo que estaba examinando a la enferma y al levantar los ojos me vi frente a frente de los dos hermanos. A partir de entonces y durante la semana que tardó en morir la desgraciada mujer, cuando iba a visitarla, siempre me encontraba con uno de los dos hermanos. Evidentemente estaban disgustados porque el menor hubiese tenido necesidad de desenvainar la espada contra un villano y hasta pude advertir que me miraban con poca simpatía, aunque, ostensiblemente, me trataban con la mayor cortesía.
”Una noche murió la enferma, sin que me hubiera sido posible obtener noticias de ella acerca de su nombre o de las circunstancias en que se desarrollaron los hechos. Los dos hermanos me esperaban en la planta baja cuando me disponía a marcharme y me preguntaron si había muerto. Contesté que sí y ellos respiraron aliviados de un gran peso. Luego me pusieron en las manos un cartucho de monedas de oro, pero lo dejé sobre la mesa y me negué a aceptarlo; en vista de eso, me hicieron un grave saludo y se marcharon.
“A la mañana siguiente llevaron a mi casa el mismo cartucho de monedas de oro. Mientras tanto, yo había decidido ya lo que debía hacer. Escribiría aquel mismo día al ministro, refiriéndole los dos casos en que había intervenido, pues aunque no ignoraba la influencia de que gozaban los nobles, quería dejar mi conciencia tranquila.
”Había terminado casi la carta en cuestión, cuando recibí la visita de una señora joven, simpática y hermosa, que parecía estar muy agitada. Se presentó como esposa del marqués de Saint Evremonde; parece que tenía sospechas del suceso a que vengo refiriéndome, de la parte que en él tuvo su esposo y de mi intervención. Ignoraba que la pobre joven hubiese muerto y su propósito era acudir en su auxilio para alejar de su esposo la cólera de Dios. Tenía razones para creer que existía otra hermana más joven y manifestó deseos de protegerla, pero yo, además de asegurarle que, en efecto, existía, nada más pude decirle acerca de su paradero, porque lo ignoraba.
”La pobre señora tenía muy buenos sentimientos y no era feliz en su matrimonio. Cuando la acompañé hasta su carruaje, vi a su hijito, niño de dos a tres años que la esperaba en el coche.
”—Por amor de mi hijo —dijo entre lágrimas— he de reparar, en cuanto me sea posible, todo el mal que se ha hecho. Temo que mi hijo pague las culpas de su padre si yo no procuro hacer algún bien, y mi primer cuidado será hacer que mi hijo llegue a ser un hombre bueno y compasivo y que procure hacer todo el bien que pueda a esa hermana si es posible hallarla.
”Se marchó y ya no la volví a ver. Luego sellé mi carta y no atreviéndome a confiarla a manos extrañas la llevé en persona a su destino.
”Aquella noche, la última del año, hacia las nueve, llegó a mi casa un hombre vestido de negro, solicitando verme. Mi criado, Ernesto Defarge, lo introdujo a mi presencia.
”—Un caso urgente en la calle de San Honorato —me dijo.
”Tenía ya un carruaje dispuesto ante la puerta y en él me trajeron aquí, a mi tumba. A poca distancia de mi casa me amordazaron y me ataron los codos. De un rincón obscuro de la calle salieron el marqués y su hermano para identificarme. El marqués me mostró la carta que escribiera al ministro y la quemó con ayuda de una linterna que le ofrecieron. No me dijeron una palabra. Fui transportado aquí, y enterrado en vida.

”Si Dios hubiese permitido que cualquiera de los dos hermanos me trajera noticias de mi esposa adorada, aunque no fuese más que para decirme si vive o ya ha muerto, creería que no los ha abandonado por completo. Pero ahora creo que la cruz de sangre que trazó aquel pobre muchacho ha sido fatal para ellos. Y a ellos y a sus descendientes, hasta el último de su raza, yo, Alejandro Manette, desgraciado preso, en esta noche, última del año …, los denuncio al cielo y a la tierra.”


Carta del Dr. Alexander Manette, leída ante el Tribunal revolucionario que juzga a su yerno, Charles Darnay, acusado por el mero hecho de ser descendiente de la nobleza (marqueses, la familia Evrémonde). Parte tercera, capítulo 10º.







Descargar Historia de dos ciudades:

















































miércoles, 4 de febrero de 2015

COMERCIO ELECTRÓNICO (I) : EL E-COMMERCE ESTÁ SALVANDO AL COMERCIO MINORISTA.


"Casa Gaspar, la antigua tienda familiar de un pueblo de Barcelona, vende el 90% de sus juguetes por Internet a toda España y Europa. "Habríamos cerrado sin el e-commerce. Hace cinco años abrimos nuestra tienda online, y ahora vendemos hasta en Asia gracias a Amazon que nos trae el 60% del negocio", explica su dueño, Ramón Fábregas. Alcaná Libros empezó a vender títulos de segunda mano por Internet hace 12 años, un año después abrió la tienda de calle, y hace un par de años saltó a los cinco continentes de la mano de Amazon. "Vendemos el 90% de los libros por Internet, somos ocho personas para responder las entregas, y rotar con rapidez un catálogo de 110.000 títulos, los últimos subidos a Internet son los más vendidos", cuenta Jorge Sabater, todavía sorprendido de que EE UU sea su segundo mercado (...)". 


 Este párrafo de arriba, entrecomillado, extraído de un artículo publicado en la sección de negocios-economía de el diario El País el pasado domingo 25 de Enero y titulado "LAS TIENDAS DE BARRIO SALEN AL MUNDO", describe muy bien la revitalización que está disfrutando el comercio minorista en la actualidad y, todo ello, gracias a Internet. Este auge de la venta minorista, gracias a Internet, también está beneficiando mucho a las empresas de transporte y mensajería (Correos, Seur, Mrw, Dhl, Ups, Nacex, etc.) que han visto incrementado notablemente su trabajo, al ser un intermediario o agente totalmente imprescindible en el comercio electrónico. Hoy día, una empresa o negocio que no dispone de presencia en Internet tiene muchas menos oportunidades de crecer económicamente, aunque con la sola presencia en Internet tampoco es suficiente. Para tener "visibilidad" ante los potenciales clientes o compradores, qué mejor que situar o colocar tus productos en un escaparate  al que se asoman todos los días millones de clientes, desde cualquier punto del planeta. Como dice el refrán, "si no puedes luchar contra tu enemigo, únete a él".


















Fuentes:

 http://economia.elpais.com/economia/2015/01/23/actualidad/1422008167_103549.html












sábado, 24 de enero de 2015

GIORGIO NAPOLITANO, HONORABLE LÍDER.


En un espíritu corrompido no cabe el honor.
Enviar frase
Tácito (55-115) Historiador romano.


El pasado 16 de Enero, el suplemento dominical de el diario El País, publicaba una página acerca de la figura del estadista italiano, ya ex presidente de la República italiana, que era todo elogios. La copio a continuación. Dados los tiempos oscuros en los que nos encontramos, en cuanto a los numerosos casos de corrupción entre quienes nos gobiernan y lideran, encontrarnos a una figura como Giorgio Napolitano es, cuanto menos, esperanzador  y totalmente inspirador:


"El periodista Indro Montanelli dijo de Silvio Berlusconi: “No tiene ideales, solo intereses”. De Giorgio Napolitano se podría decir, exactamente, lo contrario. El pasado miércoles, a las diez y media de la mañana, el viejo comunista —dentro de unos meses cumplirá 90 años— firmó su dimisión como presidente de la República, se despidió de sus colaboradores en el palacio del Quirinal y regresó tranquilamente, del brazo de su esposa, a su apartamento del barrio romano de Monti. Sin más alharaca que la que quisieron montar Domenico el barbero y Pietro el carnicero ante el regreso de su vecino más ilustre después de ocho años y medio al frente de la jefatura del Estado. Un mandato doble —nunca antes se había reelegido a un presidente— en el que Napolitano logró, entre otras cosas, que los intereses particulares de Berlusconi no se superpusieran a su legítimo ideal de político que no se deja chantajear.
No fue fácil. Si ya el presidente anterior, Carlo Azeglio Ciampi, sufrió el populismo de un magnate y político bendecido por las urnas, a Giorgio Napolitano le tocó enfrentarse a la peligrosa agonía de una bestia herida. Y lo hizo descabalgándolo primero del poder, obligándolo después a aceptar un gobierno técnico que sacara a Italia de sus entuertos y resistiéndose más tarde —cuando las condenas judiciales lo dejaron fuera de la primera línea de la política— al indulto que, unas veces por las buenas y otras por las no tan buenas, Berlusconi no ha parado de exigir. No eran pocos en Italia los que daban por seguro que, antes o después, el viejo presidente de la República aflojaría el pulso y, por encima o por debajo de la mesa, ofrecería al otrora Cavaliere una escapatoria de la justicia a cambio de su apoyo a las reformas que tanto necesita Italia. Pero Napolitano, aun siendo el primer instigador de esas reformas, se negó a pagar un precio tan alto.
Y ahora, desde su apartamento de Vía dei Serpenti o desde el despacho que, como senador vitalicio, le corresponde en el palacio Giustiniani, Napolitano puede volver la vista atrás y observar satisfecho las razones por las que, en la hora del adiós, François Hollande le ha enviado ese mensaje de despedida —“eres un amigo de Francia, y Francia está orgullosa de tener un amigo como tú”— o Barack Obama aprovechase en 2009 la reunión del G8 en L’Aquila, donde acababa de producirse el terrible terremoto, para declarar públicamente su amistad: “Napolitano tiene una reputación maravillosa. Y merece la admiración de todo el pueblo italiano, no solo por su carrera política, sino también por su integridad y gentileza: es un verdadero líder moral y representa de la mejor manera a vuestro país”. En aquel momento, las declaraciones de Obama no fueron entendidas solo como un elogio al presidente de la República, sino también como una llamada de atención hacia los valores —liderazgo moral, integridad, capacidad de representar dignamente a un país— que no adornaban precisamente al primer ministro, Silvio Berlusconi.
Napolitano, por añadidura, era el primer presidente comunista de la historia republicana, y a Silvio Berlusconi le encantaba agitar el fantasma del comunismo para reforzar su liderazgo. Por tanto, que un presidente de los EE UU hiciera tal elogio de la reputación y de la “carrera política” de Napolitano —siempre ligada al mítico PC— supuso entonces un gran disgusto para el jefe de Forza Italia. Pero nada comparable con lo que tendría que soportar cuando —noviembre de 2011— Napolitano, respaldado por Bruselas y los mercados, le quitó literalmente al Gobierno de Italia, al borde del precipicio económico y moral, y lo puso en manos de un gabinete técnico dirigido por Mario Monti.
A partir de ese momento, un Napolitano ya anciano se convierte en figura central de la política italiana y europea. Atrás queda toda una vida dedicada a la política. En 1942, nada más licenciarse en Derecho, fundó un grupo antifascista que, durante la II Guerra Mundial, tomó parte en numerosas acciones contra los nazis. En 1945, con solo 20 años, se afilió al Partido Comunista Italiano (PCI), donde permaneció hasta 1991. Del currículum de Napolitano resulta especialmente atractivo la naturalidad con la que ha sabido combinar su trayectoria comunista —en él se sintetiza toda la historia del PCI del “dopoguerra”— con su condición de hombre de Estado: parlamentario desde muy joven, desarrolló cargos tan sensibles como presidente de la Cámara de Diputados o ministro del Interior. Los periódicos italianos destacan estos días precisamente que siempre hizo lo que había que hacer en cada momento: la batalla contra el fascismo, la construcción de una república constitucional y su compromiso con las instituciones. Un compromiso que el PCI ya demostró cuando, en los años duros de la lucha al terrorismo, se situó al lado de la Democracia Cristiana (DC) para plantar cara al terror.
Los últimos años, en cualquier caso, no han sido fáciles. Su entorno ha desvelado que, a veces, la amargura superó incluso su cansancio físico. No solo porque la debilidad de los partidos tradicionales —en permanente gresca con sí mismos y sordos ante las nuevas demandas ciudadanas— le obligaron a repetir mandato, a forzar hasta el límite sus prerrogativas constitucionales, a proponer candidatos —Mario Monti, Enrico Letta— que después eran derribados por ajustes de cuentas partidistas, sino porque se convirtió en blanco diario de los ataques de Beppe Grillo y de Silvio Berlusconi. El líder del Movimiento 5 Estrellas, utilizando el mismo trazo grueso con el que luego ha tachado las esperanzas de su propio grupo, acusó al viejo comunista de los mismos pecados de la casta más corrupta. Y Berlusconi, de quien vuelve a depender en gran medida la elección del próximo presidente de la República, aún no se cree que el viejo Napolitano le haya resistido el pulso.
El pasado jueves, a las diez y media de la mañana, justo 24 horas después de firmar su dimisión como presidente de la República, el ya expresidente Giorgio Napolitano llegó al palacio Giustiniano para hacerse cargo de su despacho como senador vitalicio de la República. Se quitó su sombrero, saludó con un esbozo de sonrisa y se puso a trabajar. La normalidad republicana que tanto celebran en su barrio Domenico el barbero y Pietro el carnicero."

Fuentes:

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/01/16/actualidad/1421437868_698088.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Giorgio_Napolitano