"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

domingo, 26 de abril de 2015

ACERCA DE LA ABOGACÍA (I) : El País Semanal, Domingo 26 de Abril de 2015. OTRAS ABOGACÍAS.-

"La asistencia gratuita no es una carga; es un tributo de nobleza".
Pedro Luis y Héctor Erizzo: "La vita dell´avvocato" (La Vida del Abogado). Atalaya del Tiempo Presente. Luis Caralt editor. Barcelona. 1945 (2ª edición).



El pasado domingo, día 19 de Abril, el diario El País, publicó en su revista EPS (El País Semanal) un reportaje acerca del funcionamiento de los "grandes" despachos de abogados de Madrid, dejando entrever, a lo largo de todo el reportaje,  que estamos ante "Letrados de élite", que  cobran cuantiosas minutas dirigiendo asuntos sin pisar, en la mayoría de los casos, los Juzgados. Son los defensores de los grandes directivos, ejecutivos de multinacionales, gente poderosa, en definitiva. Jamás defenderían a un humilde desahuciado por la Banca, por poner un ejemplo. El reportaje fue titulado "Superabogados. La Ley del Mercado". Con razón, ha provocado la indignación de un grupo de abogados del ICAM, Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, que ha publicado una carta - titulada "Otras abogacías"-,  en contra del título elegido para este reportaje. Hay que añadir que en un anterior número de esta misma revista (que pertenece a un periódico que se dice ser de izquierdas), apareció justamente un reportaje sobre las vicisitudes de los abogados de oficio, al que titularon de esta manera: "La Incomprendida vocación de los Abogados de Oficio". Desde luego, tras la lectura de ambos reportajes, el lector asiduo de esta revista se queda no sólo con la clarísima impresión de que hay abogados "de primera clase" y de "tercera clase", sino -sobretodo- con la convicción de que los abogados de oficio son los  "abogados de verdad".  



Otras abogacías
Se hace un flaco favor a la imagen de la abogacía cuando se titula en el reportaje de portada del 12 de marzo como Superabogados, refiriéndose a las élites económicas de la profesión encuadradas en las fábricas de Derecho al servicio de la entidades financieras y grandes empresas que son esos bufetes de abogados. Mullidores de grandes fiascos como el concurso de Banco de Madrid o la opa de Martinsa Fadesa. Se olvidan de contarnos a los lectores que estas macroempresas son lo que son por su relación con los políticos y los gestores de la Administración, por su relación con los directivos de la banca y de las grandes multinacionales que rigen nuestros destinos.
Parece deducirse que a los cientos de abogados júniores que allí trabajan, a los que se les exige una agotadora jornada, son felices por mantener el simple derecho al trabajo. Que ya se sabe que la mayoría de las mujeres son júniores, pero solo una escasa minoría son socios. Los superabogados de verdad son los que tienen una autentica vocación y dedicación a la justicia, esos que se comen los marronesdel turno de oficio, haciendo guardias y encargándose de juicios en todas las jurisdicciones, por cantidades irrisorias, los que han defendido a los afectados por ejecuciones hipotecarias, los que, en definitiva, con su trabajo salvan el derecho a la tutela judicial efectiva.
Vilma Benel Calderón, Jesús Calpe, Olga Jiménez y Nuria MartÍn Sebastián. Abogados del ICAM


n.r.p.