"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

lunes, 16 de junio de 2014

PREFACIO



El título de este blog deriva del primer capítulo de la obra de mayor éxito del célebre divulgador científico Carl Sagan, “Cosmos” (publicada en España por la Editorial Planeta). El primer capítulo se denomina “en la orilla del océano cósmico” y comienza diciendo lo siguiente: “El Cosmos es todo lo que es o lo que fue o lo que será alguna vez”.


En astronomía los descubrimientos de nuevos y lejanos planetas se repiten por centenares, hasta tal punto que comenzamos a comprobar la existencia  de los  “enjambres de universos” que tan bien describiera Olaf Stapledon en su obra “Hacedor de estrellas” (1937) –publicada en España por Minotauro-, a través del viaje interestelar de su protagonista, partiendo desde su “preciado átomo de comunidad”, como se refería al hablar de nuestro planeta.


Por ello, podemos decir que el mundo se ha globalizado a nivel galáctico y debemos expandir nuestra visión de las cosas hacia el Universo que habitamos, no quedándonos sólo con la de este pequeño átomo al que llamamos Planeta Tierra. La misión de la Humanidad es adquirir una conciencia de sociedad cósmica, como defienden Nancy Ellen Abrams y Joel R. Primack en su obra “El nuevo Universo y el futuro de la Humanidad”.


Asomémonos, pues, a este desconocido e infinito océano cósmico del que formamos parte, desde esta pequeñísima isla -una más de las infinitas que hay-, que es nuestro Planeta.