"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

viernes, 10 de octubre de 2014

PÀRRAFOS ESCOGIDOS (IV): ”MENDEL, EL DE LOS LIBROS“, DE STEFAN ZWEIG:



"Los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia:la fugacidad y el olvido".
Stefan Zweig. Mendel, el de los libros.



Estamos ante uno de los mejores relatos de Stefan Zweig, unos de los grandes escritores del siglo XX. Este relato, Mendel el de los libros, constituye, en tan sólo 46 páginas,  todo un homenaje a los amantes de los libros, a los bibliófilos empedernidos, a todas aquellas personas para las que, sin duda, los libros son joyas de papel.
 Este relato tiene un final muy triste y llamativo: el protagonista, Jakob Mendel es un vendedor ambulante de libros que, al no tener licencia para establecer una librería propia, fija su lugar de trabajo en una mesa de un café de Viena, Café Gluck. Allí conocerá a la señora Sporschil, que trabaja como limpiadora del local. Jakob Mendel, tan ensimismado en su mundo de libros que no atiende a ninguna otra realidad, verá cómo ese mundo, de un día para otro, será destruído, incomprensible e injustamente para él (tan ensimismado está en su mundo que no llegará a comprender el peligro de su correspondencia a países enemigos, ni tan siquiera sabe que están en plena guerra mundial) y ya no volverá a ser el mismo. Tras su muerte, por una pulmonía avanzada, será la señora Sporschil, mujer sin estudios ninguno, la única que mantendrá, en sus recuerdos, viva la memoria del librero, siendo ella la poseedora de su único legado, un libro que se dejó olvidado Mendel en la mesa del Café Gluck, antes de morir, el tomo II de la Bibliotheca Germanorum erotica et curiosa, de Hayn.




"¿Para què vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se està llevando nuestras ùltimas huellas?".Stefan   Zweig  (Viena, 1881 - Petrópolis, Brasil, 1942). Mendel, el de los libros. Editorial Acantilado.
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