El infierno está todo en esta palabra: soledad.
Victor
Hugo.
Ainielle existe. Está en Huesca. Y, desde que Julio
Llamazares publicó su novela “La lluvia amarilla”, allá por 1988, Ainielle es,
quizás, uno de los pueblos abandonados más famosos de España. Forma parte ya de
esos lugares, reales o ficticios, encumbrados por las grandes Letras. Estamos ante una novela muy triste (y bella, a la vez) cuyas palabras, de una poderosa profundidad, describen con brillantez y suma elegancia la enorme soledad de sus personajes.
He aquí un breve extracto:
“Como si el viejo río de los días se hubiera detenido bajo el
hielo convirtiendo mi vida en un interminable e inmenso invierno. Ahora miro
hacia atrás buscando aquellas tardes, remuevo en mi memoria las hojas del
silencio y encuentro solamente un bosque sepultado, deshecho por la niebla, y
un pueblo abandonado por el que cruzan los recuerdos como espinos arrastrados
por el viento”.
Julio Llamazares. La lluvia amarilla.
Noelia Rodríguez Padilla.-