Poesía de uno de nuestros mejores poetas, seguramente escrita en uno de los cafés que frecuentaba (a José Hierro no le gustaba escribir en su casa). Poema epílogo de su libro “Cuaderno de Nueva York” (1998). Dedicada a su nieta Paula Romero Hierro:
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/03/actualidad/1333475745_560489.htmlhttp://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/03/actualidad/1333475745_560489.html
Su nieta Paula (a la izquierda de la foto, de rojo):
Noelia Rodríguez Padilla.