Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo.
PLATÓN. Fedón, o de la inmortalidad del alma.
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Imaginemos que el mundo sale súbitamente de la Nada. Si cerramos los ojos para escuchar, oiremos el silencio. Después, sonidos que nacen de ese silencio. Y si me valgo de mis ojos para ver la luz en todas sus formas, surgirá una configuración imponente, algo que vibra proveniente del espacio. Es el AMOR de una mirada que se apagó, servida por los ojos del Cosmos, aquí, solamente en la Tierra.
Semejante realidad no puede provenir de la NADA. Algo que empieza ahora
y no en el pasado. Un pasado, que se va desvaneciendo en la memoria,
tiene que ser el eco de una REALIDAD, en este caso PERSONAL, como la
estela de un barco que va rezagándose en el agua hasta perderse sin,
nunca jamás, desaparecer nuestro AMOR.
Si cerráramos los ojos para escuchar a todos nuestros difuntos o desaparecidos, oiríamos el silencio. Después,
sonidos que nacen de ese silencio. Y si me valgo de mis ojos limpios para ver la
luz más esplendente en todas sus formas, surgirá una configuración exquisita, algo que
vibra proveniente del espacio. Es EL AMOR DE UNA MIRADA que se apagó, pero la recordamos y
queremos por siempre, Ascensión Padilla Recio.
REQUIESCANT IN PACE.
-César Rodríguez Docampo-