"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

sábado, 4 de noviembre de 2017

EL ORIGEN OSUNÉS DE LOS PRIMEROS HABITANTES DE CAMPILLOS.



"Campillos es un pueblo grande, que está rodeado de extensas llanuras, plantadas de trigo; las montañas, más allá, la rodean desde el horizonte".

Reverendo Richard Roberts, B.A. "An autum tour in Spain in the year 1859". 

"(...) No lo creó ni la guerra ni la estrategia, lo fundaron agricultores por necesidades de su propio negocio, y a su medida y comodidad labraron las casas y explanaron las calles (...)".

 D. Pascual Madoz. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar.

" El rey D. Carlos II concedió a Campillos, con fecha 6 de noviembre de 1680 el privilegio de villazgo, por el que se eximió, sacó y libró de la villa de Teba, permitiéndole poner horca y picota y concediéndole lo demás que solicitaron en los términos que resulta de las transacciones. Este provilegio fue confirmado por el rey D. Carlos IV en Madrid, a 11 de Febrero de 1792".

D. Antonio Aguilar y Cano. Apuntes Históricos de la Villa de Campillos.

"Los primeros habitantes de esta villa fueron arrendatarios del Señorío de Teba, que disfrutaban de todas estas tierras, denominadas "El Campillo". El pleito mantenido con el conde sobre el carácter de tales tierras, terminó reconociendo a los vecinos sus derechos y mermando las facultades dominicales de los señores. La riqueza creciente de su término, el trabajo de sus vecinos y su privilegiada situación geográfica permiten asegurar que la villa de Campillos se encuentra en un momento ascensional, transformándose merced a las mejoras llevadas a cabo en estos últimos lustros, su fisonomía descuidada y rural".

" La distancia a que se encontraba Antequera y Osuna y las dificultades naturales del camino a Teba, motivaron la necesidad de construir albergues y establos permanentes, los cuales fueron el primer núcleo de la futura población. Posiblemente, las primeras construcciones se hicieron al final de la calle Lavados, realenga por entonces y paso obligado de transeuntes y ganados".

"La Historia de Campillos se resume en dos ideas: el desarrollo de la población en sus intereses morales y materiales y la lucha por la independencia de Teba y contra sus señores".

D. Baltasar Peña Hinojosa. Pequeña Historia de la Villa de Campillos.



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       Vista de Osuna en el siglo XVI. Grabado de Jorris Hoefnagel.




Cuando, a comienzos de este verano, salió publicada la noticia de que el Museo del Prado iba a organizar una exposición de pinturas titulada El desafío del blanco. Goya y Esteve, retratistas de la Casa de Osuna, me vinieron a la memoria las palabras que mi abuela materna, Dolores Recio Campos, nos dijo en una de las ocasiones en las que nos contaba anécdotas de su infancia y juventud: "Nuestra familia procedía de Osuna...".

En Pequeña Historia de la Villa de Campillos (hasta la publicación de este libro, en 1960, la única historia de Campillos impresa era la de Apuntes Históricos de la Villa de Campillos escritos por D. Antonio Aguilar Y Cano, de 1891, y la descripción que sobre Campillos realizó Pascual Madoz en su Diccionario geográfico, de 1849) D. Baltasar Peña, dice lo siguiente: "De Osuna, de Pedrera y de la Puebla de Cazalla, vinieron muchas personas que poblaron nuestro suelo y aquí afincaron con sus familias, transmitiéndose de padres a hijos sus costumbres, sus peculiaridades y hasta su indumentaria propia. La inclusión de nuestro término en la provincia de Málaga no ha suprimido, ni tan siquiera suavizado, esta impronta marcadamente sevillana de su vecindario".  El capítulo III se refiere a la fundación de Campillos: "En el libro de protocolos, conservado en el Archivo Parroquial y destruído en Agosto de 1936, se decía en orden a la fundación de Campillos lo que a continuación se copia: 

"En 1492, siendo Pontífice Inocencio VIII y reinando en España Don Fernando y Doña Isabel, recién ganada Granada, viendo algunos vecinos de Osuna que las correrías de los moros habían cesado y que la tierra era fértil y abundante para la labor, se juntaron Gonzalo Gómez de la Puerta y Nicolás Migolla, Martín de Trujillo, Rui García de Pasilla, Juan de Pasilla, Juan de Llamas, Alonso de Quero y Martín de Bahamon, todos vecinos de Osuna, y tomaron en arrendamiento de Juan Ramírez de Guzmán, Mariscal de Castilla, Señor de Teba, noventa cahices (unas mil fanegas) de tierra por tiempo de nueve años, a precio de un cahiz de pan terciado y un par de gallinas por cada cahiz de tierra, todo puesto en Teba; para dicha labor, por estar lejos de Osuna, hicieron una choza para meter ganados. Y cumplido en dicho arrendamiento en 1501 hicieron otro por siete años, durante los que se juntaron Juan Cimbrón, Francisco López de la Rubia, Juan de Torres, Juan A. Diego y Alonso de Aciego, hermanos; Juan Crespillo, Juan de Luque, García Martín de la Zarca, y los Polos, y Jerónimo Pascual, y Juan Ruiz Naharros, todos de Teba y les pujaron el cuarto a los de Osuna y comenzaron a labrar las dichas tierras, donde hicieron sus chozas para los ganados, teniendo en Teba sus casas pobladas, donde pagaban sus diezmos y primicias, bautizaban sus hijos e iban a oir Misa. Después de lo cual, en 1508, Gonzalo Pachón, Miguel Jiménez, Alonso García, y otros vecinos de Antequera, se pasaron a labrar estos sitios, teniendo sus casas en Antequera, y desde dicho tiempo se vinieron muchas otras personas de los Santos y otras partes.
En 1516, viendo los dichos labradores que ya había más de sesenta casas, habitadas entre otras por las familias de los Aciegos, Polos, Crespillos y Naharros, y que se quedaban sin misa los días de fiesta, y el trabajo que pasaban en ir a recibir los Sacramentos a Teba, se juntaron Gonzalo Pachón y Miguel Ximénez y fueron a pedir al Iltmo. Sr. D. Diego Deza, Arzobispo de Sevilla, les diese un clérigo que les dijese misas los domingos y fiestas; y se nombró para dicho efecto a Nicolás Gálvez, vecino de Teba; se hizo una iglesia de chozas frontero de donde ahora está la iglesia de Nuestra Señora Santa Ana y se dijo veintiún años, en el cual tiempo se llevaban a bautizar los niños a Teba y desde allá se administraban los Santos Sacramentos a los de este lugar. En 1536 había ciento cincuenta casas y concedió el Arzobispo Cura y Pila de Bautismo.
En 13 de enero de 1537 se administró el primer bautismo por Don Bartolomé Sánchez Serrano, su primer cura.
La historia de la villa de Campillos arranca cronológicamente, como se ve, de la conquista del Reino de Granada: nuestro pueblo tendrá que presumir mejor de futuro que de pasado ya que tan sólo es posible historiar en sus tierras unas trece o catorce generaciones de campilleros. Una ventaja indudable para quien la escribe presenta tan cercano nacimiento".

Es, pues, durante el siglo XVI cuando se producen los primeros asentamientos de población en Campillos. En ese mismo siglo, la milenaria ciudad de Osuna -antigua Urso-, situada a unos cincuenta kilómetros de Campillos, tuvo su etapa histórica de mayor esplendor, con la figura de D. Juan Téllez Girón, IV Conde Ureña, el mecenas más importante de toda su historia. Padre del primer Duque de Osuna (casa nobiliaria bien retratada por Goya y Esteve), D. Juan Téllez, a lo largo de treinta años creó en la ciudad de Osuna el mayor conjunto monumental del Renacimiento sevillano, con la construcción de trece iglesias y conventos, un hospital, la Universidad, la Colegiata y el Sepulcro Ducal. La Universidad de Osuna fue una de las Universidades del Siglo de Oro español. Coetánea con las de Bolonia, Salamanca, Granada, Alcalá de Henares y Sevilla. Fundada en 1548, nació como una institución pontificia (Colegio Mayor y Universidad Literaria de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora). En ella estudiaron, entre otras muchas personalidades, Rodrigo Caro, Blanco White y el autor de "El Diablo Cojuelo", Luis Vélez de Guevara. Miguel de Cervantes escribió, acerca de esta Universidad, que "en Osuna y Orihuela todo cuela", quizás enfadado por algún percance allí sufrido. 

  D. Juan Téllez Girón, IV Conde Ureña. Fundador Universidad de Osuna (1548).





     Plaza de la Constitución (actualmente, Plaza de España). Campillos, 1868.


El libro de D. Baltasar Peña fue prologado, en 1960, por la persona más indicada para ello: su amigo D. Julio Caro Baroja, quizás el mejor antropólogo que ha dado España hasta fechas actuales. D. Julio fue, entre otras muchas cosas, Director del Museo del Pueblo Español durante once años y es muy conocida su obra Los Pueblos de España (editado en Alianza), entre otras muchas. Fue un verdadero erudito (formó parte de una gran estirpe, los Baroja) con una imponente bibliografía, que realizó él solo, sin ayuda de secretarias ni equipo alguno.

D. Julio Caro Baroja, en  su casa en Itzea (Navarra).

En el prólogo al libro de su amigo D. Baltasar Peña, resalta la difícil labor que han realizado y realizan los "cultivadores de la historia local, o los que llamamos historiadores de sucesos particulares", dando gran valor a obras "como la que ahora tengo el gusto de presentar al lector: es decir, la "Historia de Campillos" de mi querido amigo Baltasar Peña Hinojosa. Bien sé que su autor ha tenido una intención modesta, siempre loable y simpática: la de honrar a su pueblo natal".


De izquierda a derecha: Manuel Altolaguirre, Baltasar Peña, Luis Cernuda y Jose Mª Hinojosa. Ronda, 1928.


D. Baltasar Peña quiso compartir, con la publicación de su obra sobre Campillos, el gran caudal de datos que reunió para su composición. Su enorme generosidad, al compartir tan valiosa información, sin duda obtenida con enorme esfuerzo y dedicación, le honra como historiador y como persona. 


Fuentes:



- GUDIEL, GERÓNIMO: COMPENDIO DE ALGUNAS HISTORIAS DE ESPAÑA, DONDE SE TRATAN MUCHAS ANTIGUEDADES DIGNAS DE MEMORIA, Y ESPECIALMENTE SE DA NOTICIA DE LA ANTIGUA FAMILIA DE LOS GIRONES, Y DE OTROS MUCHOS LINAJES. CASA DE JUAN IÑIGUEZ DE LEQUERICA, ALCALÁ DE HENARES, 1577.

- MADOZ, PASCUAL: DICCIONARIO GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO-HISTÓRICO DE ESPAÑA Y SUS POSESIONES DE ULTRAMAR. MADRID, 1834-1850.

-AGUILAR Y CANO, ANTONIO: APUNTES HISTÓRICOS DE LA VILLA DE CAMPILLOS. IMPRENTA Y LIBRERÍA ESTRADA Y REINA, PUENTE GENIL,1891.

-PEÑA HINOJOSA, BALTASAR: PEQUEÑA HISTORIA DE LA VILLA DE CAMPILLOS. PUBLICACIONES DE LA CAJA DE AHORROS DE MÁLAGA,1960.









Noelia  Rodríguez Padilla.

jueves, 2 de noviembre de 2017

EL PAÍS DE LA CONCIENCIA: NUESTRO MICROCOSMOS INTERIOR, NUESTRO HOGAR.

"La conciencia es la unidad consigo mismo. Cuando soy consciente, vuelvo a mi casa; cuando pierdo la conciencia, me alejo, quién sabe a dónde. Todos los pensamientos e ideas nos alejan de nosotros mismos."

"La meditación ayuda a recuperar la niñez perdida".

"El silencio exterior es la ausencia de ruido; el silencio interior, es la ausencia de ego".

"Sin el silencio, no hay Dios".

Pablo d'Ors

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"Ningún hombre se perderá irremediablemente si frecuenta su conciencia y viaja por su territorio interior. Dentro de nosotros hay un reducto en el que podemos sentirnos seguros: una ermita, un escondite en el que cobijarnos porque ha sido preparado con este fin. Cuanto más se entra ahí, más se descubre lo espacioso que es y lo bien equipado que está. Ahí, en verdad, no falta de nada. Es un sitio en el que muy bien se puede morar.
Al principio, por su oscuridad, para guiarse por ese refugio se precisa de una linterna; pero luego nuestros ojos se van acostumbrando a las tinieblas y, al cabo, ni siquiera se comprende cómo, para estar ahí, pudimos un día necesitar de la luz artificial. ¡Está todo tan claro! ¡Todo resulta tan luminoso!
En el país de la propia conciencia hay muchas moradas. Es como un castillo con muros, torreones y puentes levadizos. Es como una isla o, mejor, como un archipiélago. Ahí eres dueño y señor como no imaginabas que podías llegar a serlo de ningún reino. Das una orden y te obedecen; tus deseos se cumplen antes de que los hayas formulado. Es un lugar lleno y vacío a la vez. En él estás solo, pero no te sientes solo.Ese territorio es un mundo, tu mundo, el espejo de otro mundo, el mundo mismo pero concentrado, dilatado, expandido: tu hogar.
Esa casa tan grande y hermosa es lo que somos. Yo soy eso, tú eres eso; lo sepamos o no, somos los señores de todo un reino. La extensión de nuestros dominios es formidable y triste la inconsciencia con que lo regentamos.
La meditación fortaleza la necesaria desconfianza en el mundo externo y la imprescindible confianza en  nuestro verdadero mundo, que solemos desconocer. Si meditamos, nuestras facciones se suavizan y nuestra expresión se transfigura. Seguimos aquí, en esta tierra, pero es como si ya ni perteneciéramos a ella. Habitamos en otro país, poco frecuentado, y atravesamos los campos de batalla sin ser heridos. No es que las flechas no se nos claven o las balas no se hundan en nuestras carnes; pero ni nos derrumban esas balas ni esas flechas hacen que brote la sangre. Salimos de esos campos de batalla acribillados, pero vivos: caminando y sonriendo porque no hemos sucumbido y nos hemos demostrado nuestra eternidad. Meditamos para ser más fuertes que la muerte.
Nadie sabe muy bien cómo es la conciencia de los seres humanos, porque nadie ha recorrido todos sus dominios. Algunos han llegado muy lejos en sus exploraciones; muchos se han quedado a las puertas; la mayoría desconoce que exista un territorio así. Como un microcosmos, todo lo de fuera está también ahí: el universo, las galaxias, los árboles, los manantiales...Todo sin excepción tiene ahí su puesto: los ríos y las montañas, los senderos y los precipicios, los juegos de la infancia, las máquinas. En ese espacio puedes perderte sin angustia. Das un paso y estás lejos, mil y sigues cerca. Es el jardín del estupor y de la maravilla."


Pablo d'Ors . Biografía del Silencio.







Fuentes:

-d'Ors Führer, Pablo: Biografía del Silencio. Ediciones Siruela, Madrid, 2012.