"Y transcurrieron los días. Y los años.
Y vino la Muerte y pasó su esponja por toda la extensión de la fraga y desaparecieron estos seres y las historias de estos seres.
Pero detrás todo retoñaba y revivía, y se erguían otros árboles y se encorvaban otros hombres, y en las cuevas bullían camadas recientes y la trama del tapiz no se aflojó nunca.
Y allí están con sus luchas y sus amores, con sus tristezas y sus alegrías, que cada cual cree inéditas y como creadas para él, pero que son siempre las mismas, porque la vida nació de un solo grito del Señor y cada vez que se repite no es una nueva Voz la que la ordena, sino el eco que va y vuelve desde el infinito al infinito".

EL BOSQUE ANIMADO. Wenceslao Fernández Flórez.

sábado, 27 de junio de 2015

"ITZEA", GUARDIANA DEL TESORO DE LOS BAROJA.-




Hallado un libro inédito de Pío Baroja sobre la Guerra Civil

'Los caprichos de la suerte' cierra la trilogía del autor sobre el conflicto

El manuscrito fue encontrado en Itzea, la casa familiar de los Baroja en Bera (Navarra)

 

 


Pío Baroja (centro) posa durante una reunión con familiares y amigos en su casa 'Itzea', en Vera, en 1955. / EFE





Con un hombre que viaja a pie de Madrid a Valencia mientras comprueba los jirones de vida que España se ha dejado en la Guerra Civil empieza la novela inédita de Pío Baroja, Los caprichos de la suerte. Con esta obra el escritor donostiarra (San Sebastián, 1872 - Madrid, 1956) cerraba la trilogía de la Guerra Civil española, Las Saturnales, iniciada con El cantor vagabundo y Miserias de la guerra, publicada en 2006. Es el último hallazgo barojiano, encontrado en una carpeta olvidada en los archivos de Itzea, la casa familiar de los Baroja en Bera (Navarra), y que confirma tres elementos del escritor: su obsesión por el conflicto español y las teorías sobre sus causas, la presencia de un amor frustrado, habitual en su narrativa, y su estilo directo y claro.

Un hallazgo que aparece unos 65 años después de haber sido escrito y que será publicado en noviembre por Espasa, según informaba ayer el diario ABC. El libro tendrá dos presentaciones: la primera es la novela como tal con un prólogo posicional y la segunda en la colección Austral, en edición no crítica pero sí filológica y con un prólogo de José-Carlos Mainer sobre Baroja y la Guerra Civil. Mainer es el encargado de esta edición y de las Obras completas del escritor en Galaxia Gutenberg.

Los caprichos de la suerte confirma y amplía, según Mainer, “la visión absolutamente negativa de la Guerra Civil. Baroja consideraba que fue una barbaridad y que la culpa la tuvo en buena medida la democratización de la política, y la politización de la sociedad española, incluso la República, donde la gran víctima fue la burguesía”.


Es parte de la mirada de Juan de Oyarzun, aquel hombre que cruza España a pie, y a través del cual se vislumbra la vida de Pío Baroja. Su gusto por las caminatas y la observación de los paisajes y sus descripciones impresionistas mezcladas de reflexiones. Y su obsesión: la Guerra Civil. A medida que la novela avanza, los tintes autobiográficos también lo hacen. De Madrid a Valencia, de Valencia a París, y luego a América, un viaje que siempre tuvo en mente Pío Baroja.

Censura del franquismo

“No hemos descubierto El árbol de la ciencia, ni es una de sus grandes obras, pero sí tiene un enorme interés para completar su trilogía de la Guerra y sus reflexiones sobre la misma”, asegura José-Carlos Mainer.

Como el mismo De Oyarzun, la trama de la nueva novela tiene tres estaciones, cuenta Mainer: nace y procede de Los caprichos del destino, una novela corta de comienzos de los años cuarenta; se desarrolla y finalmente se hace grande en el libro ahora hallado, Los caprichos de la suerte. De éste nacerán, además, dos nuevas obras barojianas: El hotel del cisne y Aquí, París.

La novela hallada, escrita entre 1948 y no más tarde de 1952, seguramente fue creada en Madrid, pero apareció en Itzea, en aquel caserón de tres plantas rodeado de árboles que Pío Baroja compró en 1912 a las afueras de Bera y cerca del arroyo de Xantelerreka, en Navarra. Allí, en las carpetas organizadas por la familia, aguardaba esta historia de la cual algo avanzaba ya Miguel Sánchez-Ostiz en 2006 en el prólogo de Miserias de la Guerra: “No hay, que yo sepa, versión final, sino tres paquetes de cuartillas mecanografiadas cosidas con liza, perfectamente publicables porque apenas tienen (o necesitan) correcciones”. Una publicación que el franquismo truncó. Hasta ahora. Cuando en otoño aparezcan Los caprichos de la suerte, se completará el proyecto literario y de pensamiento de Baroja. Si las dos primeras partes están en el marco de la Guerra Civil, la tercera se sitúa a comienzos de la posguerra y de la II Guerra Mundial.

El original de la novela inédita son unos folios manuscritos de Baroja. Tradicionalmente, el escritor los pasaba luego a alguien para que lo mecanografiara, muchas de las veces a José García Mercadal, según recuerda José-Carlos Mainer. Y no eran cuartillas comunes. A Baroja le gustaba que fueran mecanografiadas de manera apaisada, con lo cual cada línea era más larga y permitía avanzar rápidamente al girar menos el rodillo de la máquina. Son poco más de 200 hojas con muchas anotaciones, apuntes y añadidos, cuya cuidadosa transcripción ha hecho Ernesto Viamonte.
“Pío Baroja se pasó la posguerra escribiendo sobre la Guerra Civil y ahora se completa su mirada y panorama”, afirma Mainer. Para el catedrático, escritor y crítico, las tres novelas están interconectadas más allá del tema central. Lo más barojiano de Los caprichos de la suerte, cuenta Mainer, es la descripción del viaje inicial “con fuerza e intensidad que no es fácil encontrar en el último Baroja por su enorme sensibilidad del paisaje”. Es la mirada de aquel hombre que desde el centro del país camina y camina mientras ve que la España del ayer sombrío sigue ahí.

Se completa el corpus de Baroja


Que existía una trilogía, unos textos inconclusos, que se conservaban en la casa de los Baroja en Bera, siempre se ha sabido. En 1972, año del centenario del nacimiento de Baroja, en una exposición en la Biblioteca Nacional, ya se mostraron algunas cuartillas, fragmentos de esa trilogía. Ya entonces Andrés Amorós quiso publicar ese mismo año un texto hallado y titulado Madrid y la revolución, a cuya publicación se opuso la familia. En la muy útil y documentada Guía de Pío Baroja. El mundo barojiano, que editó el otro sobrino de don Pío, Pío Caro Baroja, ya se hablaba, en el apartado de novelas inéditas, de algunos títulos escritos a finales de su vida —el año que viene, 2016, se cumplen 60 años de su muerte—, donde se encontrarían algunos de estos textos incompletos, confusamente ordenados, y más delicados. Se decía en 1987, año de aparición de esta Guía, que era propósito de la familia “darlas a la lux con un estudio”. Algunos de estos libros se han ido publicando en los diez últimos años en la propia editorial familiar, Caro Raggio Editor, que lleva ahora el hijo de Pío Caro Baroja. Y en 2006 apareció Miserias de la guerra (Alianza) y en noviembre llegará Los caprichos de la suerte (Espasa).

Es de esperar que la publicación de la novela inédita acabe por completar el siempre vivo y complicado corpus narrativo de un autor que frente a polémicas y leyendas sigue siendo estando vigente. Un escritor siempre vivo y lleno de interés. 



 Fuente:

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/06/26/actualidad/1435335429_477549.html

 http://cultura.elpais.com/cultura/2014/11/16/actualidad/1416167450_067812.html

 LUZ DEL TIEMPO EN ITZEA.

http://www.abc.es/cultura/libros/20150626/abci-hallada-novela-inedita-baroja-201506252159.html

http://www.elmundo.es/larevista/num206/textos/casa1.html

CARO REGGIO EDITOR

 http://blogs.diariovasco.com/apartirdelos50/2013/08/22/visita-a-itzea-aires-de-otro-siglo/



















































n.r.p.

martes, 23 de junio de 2015

INTERNET versus PRIVACIDAD (II): FACEBOOK NOS TIENE FICHADOS A TODOS.-

Facebook ya tiene una ficha sobre ti, aunque no seas usuario la red social


facebook-logoLe ha llegado la hora a Facebook. Empezaré por lo más básico: Facebook tienen una ficha de tu abuelo, aunque tu abuelo no sea usuario de Facebook. Subes una foto en la que estás con tu abuelo; subes otra y Facebook une caras por medio del reconocimiento facial; en una publicación dijiste que tu abuelo se llama ‘Juan’ y ¡Zas! Abuelo + Juan + 2 x foto +… Cuando te creas una cuenta en Facebook, le autorizas para que extraiga información de todos los contenidos que publicas, para que los una, para que los reutilice…

Facebook


He analizado sus condiciones, su política de privacidad y su política de cookies y esto es lo que he encontrado:

  • Facebook trata igual los datos de niños de 13 a 17 años y de adultos de 18 o más años.
  • Autorizamos a Facebook para que recopile y analice:
    • Cada gesto que hacemos en su web. Desde la introducción de nuestro nombre y apellidos en el registro, hasta la frecuencia y duración de nuestras actividades.
    • La forma en que nos relacionamos con otras personas: con quién, cómo, cuándo, con qué frecuencia…
  • Facebook vincula a nuestra ficha la información que otras personas publican en la red social. En caso de que no exista tu ficha, Facebook igualmente la recopila y la prepara para ligarla a tu futura ficha. Facebook tiene información sobre ti, aunque no tengas cuenta en Facebook.
  • Autorizamos a Facebook para que analice y trate nuestra libreta contactos, con direcciones y datos personales de otras personas.
  • Cuando compramos a través de Facebook, autorizamos a la red social para que sepa: qué hemos comprado, a quién se lo hemos comprado, qué medio de pago hemos usado (¿bitcoins?), detalles de facturación, lugar de envío, datos de contacto y otras muchas informaciones.
  • Cada vez que accedemos desde un dispositivo, autorizamos a Facebook para que sepa estos datos: Sistema Operativo que usamos, hardware, configuración del dispositivo, nombres y tipos de software, nombres y tipos de archivos, ¡carga de la batería!, intensidad de la señal, identificadores de dispositivos, ubicaciones del dispositivo por geolocalización GPS, Bluetooth y wifi, información sobre la conexión (operador de telefonía usado, tipo de navegador, idioma configurado, zona horaria, número de teléfono, dirección IP…)
  • Al navegar por Internet, si accedes a una página que muestra el botón “Me gusta”, son enviados a Facebook: Tu dirección IP, tus datos de navegación… Esto sucede en las páginas y servicios: con un botón “Me gusta”; con el inicio de sesión con Facebook; que usan los servicios de medición y publicidad de Facebook; y otros. Facebook también recibe datos de ti de uno de sus socios cuando este y Facebook ofrecen servicios de forma conjunta; y de un anunciante acerca de tus experiencias o interacciones. Facebook te conoce aunque no hayas entrado nunca en la red social.
  • Estas son las empresas que envían datos datos personales de usuarios a Facebook:
  • Facebook comparte tus datos con: Los usuarios de la red social; servicios de terceros; empresas del grupo Facebook; servicios de analítica; prestadores de servicios; y socios de Facebook.
  • Facebook puede entregar todos tus datos a cualquier gobierno del mundo sin pedirte consentimiento, sin avisarte y sin que lo llegues a saber nunca (o llegándolo a saber en algún momento, infortunadamente).
  • A través de las cookies, Facebook sabe dónde estás, qué velocidad de Internet tienes, qué navegador usas, qué dispositivos estás utilizando para navegar, qué tipo de publicidad te atrae más y otra mucha información.

Sobre tu contenido, ¿crees que no cedes nada a Facebook? Concedes una licencia no exclusiva, transferible, con derechos de sublicencia, libre de regalías y aplicable en todo el mundo para utilizar cualquier contenido de PI que publiques en Facebook o en conexión con Facebook (“licencia de PI”). Esta licencia de PI finaliza cuando eliminas tu contenido de PI o tu cuenta, salvo si el contenido se compartió con terceros y estos no lo eliminaron”.

En cuanto a la normativa aplicable, nos sometemos a la del Estado de California, EE.UU, además de tener que cumplir la normativa de España. Y, para resolver problemas con Facebook, nos sometemos al Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito del Norte de California o en un tribunal estatal del condado de San Mateo.

Todo esto para las personas físicas. Si eres empresa, tendrás que tener cuidado, además, con el cumplimiento de la normativa de protección de datos y de cookies, principalmente. Recuerda: si eres una empresa española, eres responsable de elegir una tecnología que te permita cumplir la ley española.



Fuente:







domingo, 21 de junio de 2015

CÁNCER (IV): LA CÚRCUMA, EL ORO EN POLVO QUE COMBATE EL CÁNCER.-

"Cuando la alimentación es mala, la medicina no funciona.
Cuando la alimentación es buena, la medicina no es necesaria".
PROVERBIO AYURVEDA.



https://laikaspoetnik.files.wordpress.com/2009/11/347513745_54fd37f269-curcuma-curry.jpg



LA CÚRCUMA, EL ORO EN POLVO QUE COMBATE EL CÁNCER.

Extracto del libro "MIS RECETAS ANTICÁNCER", de la Dra. Odile Fernández Martínez.











 Fuentes:

https://drive.google.com/file/d/0BwL5pL1bB9TCVzRQTWhFdkNlcTA/view?usp=sharing


http://www.misrecetasanticancer.com/





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viernes, 19 de junio de 2015

EL PAPA FRANCISCO: GRAN LÍDER ESPIRITUAL, SOCIAL Y POLÍTICO.-


Francisco, el nuevo teólogo de la Tierra

La primera encíclica confirma que la Iglesia tiene un Papa alejado de esquemas pasados


El papa Francisco, el miércoles en el Vaticano. / Alessandra Tarantino (AP)






La primera encíclica de Francisco, Laudato si', dedicada a la “deuda ecológica” contraída con nuestro planeta, ha confirmado, si es que era necesario, que la Iglesia tiene hoy a su frente a un Papa que se escapa a todos los esquemas del pasado. Nos hallamos, en efecto, ante el obispo de Roma más diferente desde los tiempos del apóstol Pedro.

Su primera encíclica, que coloca en un mismo abrazo a la fe y a la ciencia, a Dios y a la Tierra y crea un nuevo pecado, el ecológico, podrá hacer estremecer a no pocos católicos tradicionales.
Francisco, en vez de empinarse hasta los cielos con una encíclica sobre Dios vociferando contra los pecados, contra la fe y la moral, ha bajado hasta los infiernos de los detentores del poder que con su avaricia por querer dominar la Tierra, según sus cálculos capitalistas, prepararan para las nuevas generaciones un planeta “de escombros, desiertos y suciedad”.

Para Francisco, al mejor estilo de los teólologos de la liberación, condenados al ostracismo por sus antecesores por considerarlos más volcados en lo humano que en lo divino, se coloca a sí mismo en la versión más moderna de "teólogo de la ecología”, en expresión acuñada por el brasileño Leonardo Boff.

La nueva encíclica quiebra paradigmas en la Iglesia que un día condenó a Galileo y que vivió un largo divorcio de siglos con la ciencia y los no creyentes. En ella, se da voz y credibilidad a los científicos modernos más serios, prescindiendo de si son o no creyentes, empeñados en demostrar que somos nosotros, con nuestra codicia y descuido, los responsables por los graves cambios que ya se advierten en el planeta.

Leyendo con atención la nueva encíclica, queda claro que el Papa que apostó desde el primer momento de su pontificado por la periferia pobre y saqueada de la tierra, por la escoria humana, con clara y valiente visión evangélica, sabe lo que se juega.
Sabe que la Iglesia se juega su presente y su futuro, su credibilidad y la misma fidelidad a su mensaje original, no en las viejas teologías y derechos canónicos, sino en la defensa de lo que es más nuestro como es el planeta. Una riqueza que es social, que no debe tener dueños definitivos, sino que pertenece a todos, especialmente a los que más sufren las consecuencias de su explotación por los que se creen los dioses intocables del poder.

Una encíclica que al abordar un tema fundamental que afecta a todos, creyentes, agnósticos y ateos, ricos y pobres, por su interés universal y los peligros que acechan a la humanidad entera, es a la vez la más ecuménica de todas las hasta ahora proclamadas por un papa.

En un mundo huérfano de líderes mundiales capaces de imponerse por su fuerza moral y de enfrentarse ante los tiranos como hizo Jesús con Herodes, la arriesgada decisión del papa Francisco de dedicar su primera encíclica no al cielo, sino a la tierra, condenando a los responsables del nuevo holocausto ecológico, lo consagra como un gran líder mundial no sólo espiritual sino también social y hasta político.




 Fuentes:











n.r.p.

miércoles, 10 de junio de 2015

LOCOS GENIALES.-

Creatividad y psicosis comparten las mismas raíces genéticas

Un estudio de más de 150.000 europeos relaciona la creatividad con genes que aumentan el riesgo de esquizofrenia y trastorno bipolar

 

 

«Está científicamente demostrado que la frontera entre la genialidad y la locura es muy estrecha. Bobby Fischer tenía un cociente intelectual superior al de Einstein, pero fue una persona muy infeliz».

Leontxo García Olasagasti.

 

 

 

 


Detalle de un autorretrato de Van Gogh









Algunas enfermedades psiquiátricas pueden ser entendidas como una forma diferente de pensar. Eso mismo caracterizaba a Miguel Ángel, Charlie Parker, Beethoven, Virginia Woolf, Van Gogh y muchos otros. De ellos se ha dicho que su arte se debía en parte a trastornos psiquiátricos, lo que ha contribuido a reforzar la idea de que ningún genio ha existido sin una mezcla de locura, como dijo Aristóteles. Ahora, un estudio que ha analizado a decenas de miles de personas desvela que hay una conexión genética entre enfermedades como la esquizofrenia o el trastorno bipolar y la creatividad.


Como en cualquier otra rama de la biología, la gran pregunta es cuánto le debe la creatividad a factores ambientales, como la educación o estar rodeado de otros artistas, y cuánto a la genética heredada de padres y otros parientes.


El nuevo estudio, publicado hoy en Nature Neuroscience, intenta responder analizando el genoma de 86.000 personas en Islandia. Sus autores, liderados por la empresa de análisis genéticos deCODE, buscaron pequeñas variaciones en el orden de las 3.000 millones de letras de ADN que componen el genoma humano. Algunas de esas erratas pueden duplicar el riesgo medio de una persona de sufrir esquizofrenia o elevar un tercio sus probabilidades de padecer trastorno bipolar. Una vez detectadas esas variantes, y ante la inmensa complicación de definir qué es la creatividad y medirla, los expertos analizaron el genoma de 1.000 personas del mismo país que forman parte de asociaciones nacionales de artistas visuales, bailarines, actores, músicos y escritores. Este último grupo de profesionales, señala el trabajo, tenían un 17% más de posibilidades que el resto de la población de llevar alguna de las variantes de riesgo, aunque ninguno sufría las dos dolencias analizadas.


Las mismas variantes genéticas también estaban más presentes en las profesiones citadas cuando el equipo analizó los genes de más de 8.000 suecos y 18.452 holandeses. Los creadores tenían un 25% más de probabilidades de tener algún gen de riesgo. Los resultados no se explican por el cociente intelectual, el historial familiar de enfermedades psiquiátricas o el nivel educativo. Por eso sus autores concluyen que la creatividad se debe en parte a variantes genéticas que son las mismas que aumentan el riesgo de sufrir las dos enfermedades estudiadas.


“Estos resultados no deberían sorprendernos porque para ser creativo tienes que pensar de forma diferente al resto de la gente y nuestro equipo ya había demostrado en un estudio anterior que las personas portadoras de variantes que predisponen a la esquizofrenia lo hacen”, explica Kari Stefansson, director general de deCODE y coautor del trabajo, en el que también han participado centros de investigación de Islandia, Suecia, Reino Unido, Holanda y EE UU.


La esquizofrenia es un enigma evolutivo. La enfermedad tiende a reducir las capacidades reproductivas de los pacientes, pero su prevalencia parece muy estable, afectando en torno al 1% de la población general. Es posible que la enfermedad tenga ventajas asociadas, lo que podría explicar la paradoja. Pero según el nuevo estudio las personas creativas analizadas tenían menos hijos que la población general, lo que descarta en principio que los beneficios creativos asociados a la esquizofrenia expliquen el enigma.

Mezcla complicada


Miguel Bernardo, psiquiatra del Hospital Clínic (Barcelona) y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, ofrece una opinión independiente sobre el trabajo liderado por Stefansson. “Es la primera vez que se realiza un estudio genético en busca de marcadores de esquizofrenia y creatividad en una población tan grande”, resalta. El hecho de que la mayoría de los participantes sean islandeses, una población muy homogénea desde el punto de vista genético, aporta mayor fiabilidad, destaca.


Pero el trabajo presenta también problemas que muestran lo difícil que es investigar este campo. “El marcador de creatividad era pertenecer a una sociedad profesional, lo que es muy relativo pues en ellas también habrá muchas personas que carezcan de ella”, advierte Bernardo.


Hasta el momento se han descubierto entre 100 y 110 variantes genéticas relacionadas con esta enfermedad, pero esta solo aparece “cuando se tienen varios genes asociados a ella y estos interactúan entre sí”, resalta el experto. Por lo tanto, las variantes de riesgo destapadas por el estudio pueden ser solo la punta del iceberg y que haya muchos otros condicionantes genéticos que predisponen a ser creativo y no estén relacionados con enfermedades psiquiátricas.


Un ejemplo metafórico sirve para explicarlo. Si la distancia total entre la persona menos creativa del mundo y un artista fuese de un kilómetro, dice David Cutler, del departamento de Genética humana de la Universidad Emory (EE UU), las variantes genéticas detectadas solo explicarían 3,9 metros de esa separación. “Los efectos observados” son “reales”, dice, pero también “pequeños y repartidos entre cientos o miles de genes”, resalta este experto en declaraciones recogidas por Science Media Centre. En otras palabras, aún queda mucho trabajo científico que hacer para conocer cuál es la mezcla exacta de locura que hay en la mente de un genio o de cualquier persona creativa.





FUENTE:

















n.r.p.

lunes, 8 de junio de 2015

ENTREVISTA A LA MEJOR CIENTÍFICA ESPAÑOLA: MARGARITA SALAS FALGUERAS, BIOQUÍMICA Y BIÓLOGA MOLECULAR.






Almorzando en su pequeño despacho.
Almorzando en su pequeño despacho. / J. L. Nocito

Margarita Salas: «La muerte me asusta»

  • La científica más importante de España no cree que haya nada después. «Algunos me dicen que mi marido me está viendo. Ojalá tuviera ese consuelo. Sería más feliz»







El despacho de la mejor científica española es tan austero y tan pequeño que parece de mentira. Aquí, en seis metros cuadrados, se agolpan los papeles y apenas queda sitio para un ordenador y numerosas carpetas que se apilan en un equilibrio no demasiado estable. En la mesita redonda que ocupa casi la mitad del espacio disponible –y que también está llena de informes y documentos– come cada día, a eso de la una de la tarde, un menú que rara vez cambia y que trae de casa: un sandwich de queso, una manzana y un té. Hace sola ese frugal almuerzo en apenas unos minutos, y vuelve al trabajo. Margarita Salas (Canero, Asturias, 1938) no entiende la vida fuera de su laboratorio, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. «Aquí me concentro y me olvido del mundo», confiesa con una sonrisa tímida que recuerda a aquella niña que cuando entró en el colegio se pasó el primer año sin pronunciar palabra. Se concentra frente a la imagen de un virus, el PHI-29, sobre el que lleva trabajando 48 años, en una tarea investigadora que ha dado excelentes resultados que han hecho posible amplificar el ADN. De ahí salió una patente con una aplicación muy vista en las modernas series policiales de la televisión: cada vez que en ‘CSI’, ‘Bones’ y cualquier otra sobre forenses aparecen restos humanos en los que casi no queda rastro de ADN, recurren a ese amplificador y en muchos casos consiguen identificarlo. «Supongo que también lo habrán usado con los huesos que se considera que son de Cervantes», asegura. Margarita Salas y su equipo lo han hecho posible.

Su padre fue uno de los afortunados que pasaron por ese semillero de talentos que fue la Residencia de Estudiantes. ¿Qué le contaba de aquellos años?

Allí coincidió, entre otros, con Buñuel, Dalí y Lorca. También estaba Severo Ochoa; eran primos y tenían la misma edad. El recuerdo que tenía de todo aquello era fantástico. Nos hablaba de cuando estuvieron Albert Einstein y María Curie dando conferencias. Y de unos ripios de Lorca: «Yahí se reúnen tomando café/ junto al bacilo del tétanos/y la mosca tse-tsé».

Usted no tuvo la suerte de estar en la Residencia. Nació antes de que finalizara la Guerra.

No, y además mi padre había estado unos meses en la cárcel durante la Guerra Civil. Era sobrino de Álvaro de Albornoz, que había sido ministro de la República. Mientras trabajó en un psiquiátrico, defendió a las monjas que estaban allí. Cuando llegaron los nacionales, él pensaba que no le sucedería nada, pero lo metieron en la cárcel.






¿Y su madre?

Mi madre era maestra y gracias a eso mi padre pudo hacer un estudio con niños. Se habían casado el 3 de agosto de 1936.

No eran buenas fechas...

No, claro. Nada más casarse se fueron a Canero, donde mi abuelo tenía una finca. En 1939, mi padre se quiso venir a Madrid, pero lo vetaron, y se instaló en Gijón. Allí fui por primera vez a la escuela y me pasé el primer año casi sin hablar, por pura timidez.

Luego estudió la carrera en Madrid. ¿Cómo se decidió por la Química?

Éramos tres hermanos, un chico y dos chicas, y mis padres tenían muy claro que nosotras estudiaríamos en la Universidad. «Es la única herencia que os voy a dejar», decía mi padre. Yo no sabía si hacer Medicina o Química y al final me vine a Madrid a estudiar Química. En cuanto llegué, me entusiasmó el laboratorio de Química Orgánica.

¿Cómo vivía una muchacha en una Facultad de Ciencias en aquellos años? Sería de las pocas alumnas que había.

No lo crea. Teníamos las clases en la Ciudad Universitaria, menos un par de asignaturas, que se impartían en el edificio de San Bernardo. En algunas materias, estábamos separados chicos y chicas. No éramos pocas, alrededor de un tercio de la clase. Lo que sucedió fue que la mayoría se casaron incluso antes de terminar la carrera y lo dejaron. Algunas se reengancharon tiempo después.

¿Usted siempre tuvo claro que se dedicaría a la investigación?

No. Tenía dudas y en ocasiones pensaba que terminaría en una empresa. Pero al acabar tercero, entonces la carrera era de cinco años, en unas vacaciones en Asturias conocí a Severo Ochoa. Había estado mucho tiempo sin aparecer por España porque no quería saber nada del régimen de Franco, pero finalmente empezó a venir en agosto. Pasaba quince días en Luarca y otros quince en Gijón.

¿Cómo lo conoció?

Mi padre lo invitó a comer en casa y yo le conté lo que estaba estudiando. Él nos invitó a una conferencia que iba a pronunciar en Oviedo. Fuimos y yo quedé fascinada. Yo aún no había estudiado Bioquímica y al regresar a EE UU Ochoa me envió un libro. Lo leí y para cuando acabé la carrera ya tenía decidido cuál iba a ser mi futuro.

Y se puso a ello.

Sí. Ochoa me sugirió hacer la tesis en España, con Alberto Sols, que era un excelente bioquímico, y luego irme a EE UUa seguir un curso postdoctoral con él. Así empezó todo. Yo estoy convencida de que la vocación no nace, se hace. Y la investigación es una pasión.

La maternidad

Cuando llegó a EEUU ya se había casado con el científico Eladio Viñuela, a quien conoció en la Facultad. «Era muy brillante», recuerda. Se hicieron novios cuando ella estaba en quinto curso. Él había empezado a trabajar en temas de genética, pero se puso a hacer la tesis doctoral también con Sols. Cuando las acabaron, se casaron y se fueron a Nueva York, donde vivieron tres años.

Al llegar sufrimos un verdadero impacto. Desde el punto de vista científico, aquí no había nada, y allí los medios eran enormes. Y en lo cultural... éramos como los paletos de pueblo que llegaban a Madrid. En Nueva York, los paletos éramos nosotros. Sentimos una emoción intensa viendo ‘Viridiana’, íbamos a exposiciones de arte y conciertos, comprábamos discos...

¿Por qué regresaron?

Podríamos habernos quedado, es cierto. Pero nos planteamos volver para enseñar aquí lo que habíamos aprendido. Nos vinimos de manera condicional: si no podíamos trabajar, regresaríamos. Piense que en 1967 aquí no había financiación para hacer investigación. Pudimos volver porque habíamos solicitado la realización de un proyecto a una institución americana y nos lo concedió. Ochoa tuvo bastante que ver con que nos lo dieran. Su ayuda fue decisiva.

Usted fue una madre tardía para la época porque postergó la maternidad para poder desarrollar su carrera. ¿Qué le decían su familia y sus amigos?

Era una especie de bicho raro por planificar la maternidad en función de la carrera. Muchos me preguntaban por qué lo hacía.






Y cuando ya tuvo a su hija, ¿sintió alguna vez que no la atendía lo suficiente, que no estaba con ella cuanto debía?

Antes de que naciera, mi marido y yo trabajábamos incluso los fines de semana. Luego tuvimos en casa una señora que había sido mi niñera. Era ella quien cuidaba de la niña y de la casa. Nosotros dejamos de trabajar los fines de semana y entonces nos dedicábamos a estar con ella. Hay mujeres que se siente culpables por prestar poca atención a sus hijos. A mí no me sucedió nunca, porque sabía que la niña estaba muy bien cuidada.

En esos años, además, empezaba con el virus PHI-29.

Sí, se descubrió en EE UU y pensamos que era un buen modelo para iniciar el trabajo en España. Es pequeño, complejo y en ese momento no era competitivo. Empezamos a estudiarlo a la vuelta de EE UU. De cara al exterior, yo era la mujer de Eladio y él, quien dirigía el trabajo. Por eso, él decidió iniciar un nuevo trabajo sobre un virus de la peste africana para demostrar a nuestros colegas que yo podía dirigir un proyecto. A partir de ahí fue cuando conseguí ser una científica con nombre y no solo ‘la mujer de’.

¿Se ha sentido discriminada?

Sí, me he sentido así. No en la Facultad, pero sí en el doctorado. Sols era muy buen científico, pero muy machista. Si me aceptó en su programa fue porque llegué con una recomendación de Ochoa. De otra forma no me habría cogido. Años después contó que cuando me presenté en su despacho pensó: «Bah, una chica. Le daré un tema sin importancia y si lo deja no pasa nada». Eso es lo que se esperaba de una mujer en la investigación.

¿Ya partir de ahí? ¿Ha acabado esa discriminación?

Ahora hay más chicas haciendo tesis y en la concesión de becas no existe discriminación. Tampoco en el CSIC para obtener un puesto. Pero, en general, las mujeres no han llegado a los cargos más altos, a dirigir grupos de investigación, por ejemplo. En parte porque hemos empezado tarde, pero también porque nos hemos resistido a ocuparlos. En este centro, por ponerle un ejemplo, ha habido veinte directores a lo largo de su historia. Solo uno fue mujer:yo. No ha habido demasiados pasos adelante.

Una académica muy activa

Cada jueves, la vida de Margarita Salas cambia de ritmo. Ese día, su ocupación principal es la Real Academia, de la que forma parte. Comisiones delegadas, juntas de gobierno, plenos... No habrá muchos académicos que se lo tomen tan en serio, que dediquen tanto esfuerzo a su tarea, desde las reuniones de media mañana centradas en la revisión de términos hasta el pleno de las siete y media de la tarde. A veces escapa a mediodía para estar un rato en su despacho, pero la mayor parte de las veces apenas sale del edificio durante esa larguísima jornada de diez horas. Lo cuenta con detalle y sorprende el entusiasmo con que esta científica acostumbrada a mirar virus por el microscopio trabaja con palabras.

Reconoce haber sido discriminada, es mujer y académica. ¿Qué le parece que se duplique el género para hacer ‘visibles’ a las mujeres, que se hable de científicos y científicas?

Es ridículo. Creo que no hay que duplicar el género, aunque a veces en un discurso esté bien hacerlo. Pero usar el masculino genérico no es discriminatorio ni oculta a nadie.






Hay quien dice que los políticos duplican el género y así ocultan que luego hacen bien poco por la igualdad...

Ya hay leyes de igualdad... Mire, a mí no me gustan las cuotas. Toda discriminación positiva supone una discriminación negativa para alguien. No quiero que nos den nada por ser mujeres. No me gustaría que a lo largo de mi carrera me hubiesen dado nada por esa causa. Eso sí, que tampoco nos lo quiten. Hay un sitio en el que sí me parece importante que se reserven al menos un 40% de los puestos para las mujeres:los tribunales. Los hombres tienden a ver solo a los hombres a la hora de elegir.

Hablando de tribunales y jurados... ¿Logrará el premio Nobel?

No. Sería un milagro y no creo en milagros.

¿Yel Princesa de Asturias de las Ciencias?

Es mi asignatura pendiente, pero sé que no me lo van a dar. Todos los años me presentan... Y ese sí creo que me lo merezco porque a esa altura sí estoy. Siento especialmente que no me lo den porque soy asturiana.

Y marquesa.

Sí (sonríe). Me llamó Alberto Aza para decirme que el Rey quería hacerme marquesa y me preguntó qué nombre me gustaría. Y como soy de Canero, pues marquesa de Canero. Hace tiempo que no voy por allí, pero cuando lo hago me hace ilusión ver la casa donde nací.

Una marquesa que no estuvo en la recepción de palacio tras la coronación de Felipe VI.

No me invitaron...

¿Qué le pide a la vida?

Salud. Eso le pido, porque tengo miedo a no tenerla. Yque mi hija sea feliz.

¿Tiene miedo a la muerte?

Sí, la muerte me asusta. Mi familia directa se compone de muy pocas personas:mi hermana, mi hija y yo. No quiero dejar sola a mi hija.

¿Dedicarse a la ciencia, y más aún en su especialidad, cambia algo la percepción de la vida y la muerte?

Creo que no. No tengo conciencia de ver la vida de otra manera. Dedicarte a la ciencia influye en el sentido de que no nos creemos el centro del Universo... Pero me impresiona mucho la muerte. En los últimos años han fallecido mi marido, mi hermano, mi madre hace poco, con 101 años... A medida que vas cumpliendo años se ve más de cerca. A mí me asusta, como le decía.

¿No cree que haya nada después?

No. Algunos me dicen que mi marido me está viendo. Ojalá tuviera ese consuelo. Sería más feliz. Pero no lo pienso.

Sin llegar a eso, ¿se imagina la vida fuera de este laboratorio?

No me gusta imaginarlo. Esto es mi vida. Si un día no pudiera venir, sería muy desgraciada. Ya le he dicho al presidente del CSICque seré como Rita Levi Montalcini, que seguía yendo a su laboratorio con 100 años. Sería terrible no estar aquí. Tengo otras actividades, las academias de la Lengua y de Ciencias, doy conferencias... pero lo primero es esto.

Acaba de citar a Levi Montalcini. ¿Es su modelo?

Ella decidió no casarse para no estar supeditada a un hombre. Ycuando cumplió 100 años dijo que lo importante es no tener arrugas en el cerebro. Las físicas no tienen importancia.

¿Es cierto que le gusta mucho bailar?

Sí, siempre me ha gustado. A lo agarrado, claro: pasodobles, valses... Ahora tengo pocas ocasiones de hacerlo. Si acaso, en alguna boda.





 FUENTES:

http://www.diariosur.es/sociedad/201506/01/margarita-salas-muerte-asusta-20150601201511.html




















n.r.p.

sábado, 6 de junio de 2015

INTERNET versus PRIVACIDAD (I): EDWARD SNOWDEN, "LA SOCIEDAD ABIERTA AVANZA". ARTÍCULO PUBLICADO, TRAS LA RECIENTE REFORMA, EN PRO DEL DERECHO A LA PRIVACIDAD DE LOS CIUDADANOS, DE LA "PATRIOT ACT" ESTADOUNIDENSE.

La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo.
Milan Kundera.


















 Hoy hace exactamente dos años, en una habitación de un hotel de la ciudad de Hong Kong, tres periodistas y yo trabajábamos con nervios mientras esperábamos para comprobar la reacción del mundo ante la revelación de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en sus siglas en inglés) mantenía registros de casi todas las llamadas telefónicas realizadas en Estados Unidos. En los días siguientes, aquellos periodistas y otros publicaron documentos que revelaban que Gobiernos democráticos vigilaban las actividades privadas de ciudadanos corrientes que no habían hecho nada malo.

En cuestión de días, el Gobierno de Estados Unidos respondió presentando cargos en mi contra al amparo de leyes sobre el espionaje de la época de la Primera Guerra Mundial. Los periodistas fueron informados por sus abogados de que ellos también corrían el riesgo de ser detenidos o de recibir una citación si regresaban a Estados Unidos. Los políticos se apresuraron a condenar nuestros esfuerzos, por antiamericanos, e incluso por traidores.

En mi fuero interno, hubo momentos en que me preocupó la posibilidad de que hubiéramos puesto en peligro nuestras vidas privilegiadas para nada, de que la opinión pública reaccionara con indiferencia, o adoptara una actitud de cinismo ante las revelaciones.

Nunca he dado bastante las gracias por estar tan equivocado.


Descubrimos de nuevo que un derecho no vale por lo que esconde,
sino por lo que protege

Y es que dos años después, la diferencia es profunda. En un solo mes, los tribunales estadounidenses declararon ilegal el programa invasivo de seguimiento de llamadas telefónicas de la Agencia Nacional de Seguridad y el Congreso lo desautorizó. Tras una investigación realizada por la Casa Blanca, que concluyó que este programa nunca había detenido ni un solo ataque terrorista, hasta el presidente, que llegó a defender su razón de ser y criticó que fuera revelado, ha ordenado ahora su cierre.

Este es el poder de una opinión pública bien informada.

Poner fin a la vigilancia masiva de las llamadas telefónicas privadas en aplicación de la Ley Patriótica (Patriot Act) estadounidense es una victoria histórica para los derechos de todos los ciudadanos, pero solo es el último fruto de un cambio en la toma de conciencia global. Desde 2013, instituciones de toda Europa han declarado ilegales otras leyes y operaciones semejantes y han impuesto nuevas restricciones a futuras actividades. Naciones Unidas proclamó que la vigilancia masiva constituía una violación de los derechos humanos sin paliativos. En América Latina, los esfuerzos de ciudadanos de Brasil dieron lugar al Marco Civil, primera Declaración de los Derechos en Internet en todo el mundo. Reconociendo el decisivo papel que desempeña una población bien informada a la hora de corregir los excesos del Gobierno, el Consejo de Europa pidió la promulgación de nuevas leyes que impidan la persecución de aquellos que denuncian irregularidades.


Poner fin a la vigilancia masiva de las llamadas telefónicas es una victoria histórica global

Más allá de las fronteras de la ley, los progresos se han producido con mayor rapidez si cabe. Los técnicos han trabajado de modo incansable para rediseñar la seguridad de los dispositivos que nos rodean, junto con el propio lenguaje de Internet. Se han detectado y corregido deficiencias secretas en infraestructuras críticas que los Gobiernos han aprovechado para facilitar la vigilancia masiva. Salvaguardias técnicas básicas como la encriptación —antes considerada esotérica e innecesaria— están habilitadas ahora por defecto en los productos de empresas pioneras como Apple, lo que garantiza que, aun en el caso de que suframos el robo del teléfono, nuestra vida privada sigue siendo privada. Estos cambios estructurales de carácter tecnológico pueden garantizar el acceso a privacidades básicas más allá de las fronteras, aislando a los ciudadanos corrientes de la aprobación arbitraria de leyes contra la privacidad, como las que ahora se abaten sobre Rusia.

Aunque hemos recorrido un largo camino, el derecho a la privacidad —fundamento de las libertades consagradas en la Carta de Derechos de Estados Unidos— sigue estando bajo amenaza por parte de otros programas y autoridades. Algunos de los servicios en línea más populares del mundo han sido reclutados como colaboradores en los programas de vigilancia masiva de la Agencia Nacional de Seguridad, y las empresas de tecnología reciben presiones de Gobiernos de todo el mundo para que trabajen en contra de sus clientes en vez de hacerlo en su favor. Se siguen interceptando miles de millones de registros de localización y comunicaciones de teléfonos móviles por orden de otras autoridades, sin tener en cuenta la culpabilidad o inocencia de los afectados.

Nos hemos enterado de que nuestro Gobierno debilita de forma intencionada la seguridad fundamental de Internet con “puertas traseras” que transforman las vidas privadas en libros abiertos. Se siguen interceptando y vigilando metadatos que revelan las asociaciones personales y los intereses de usuarios corrientes de Internet en una escala sin precedentes en la historia: mientras usted lee estas líneas, el Gobierno de Estados Unidos está tomando nota.

Fuera de Estados Unidos, responsables de espionaje de Australia, Canadá y Francia han aprovechado tragedias recientes para tratar de obtener nuevos poderes intrusivos, a pesar de los abrumadores indicios de que tales autoridades no habrían impedido en modo alguno los ataques. El primer ministro británico, David Cameron, reflexionó recientemente: “¿Queremos permitir que exista un medio de comunicación entre la gente que ni siquiera podemos leer?”. No tardó en encontrar él mismo la respuesta, y proclamó que “durante demasiado tiempo hemos sido una sociedad pasivamente tolerante, en la que decíamos a nuestros ciudadanos: siempre que acates la ley, te dejamos en paz”. Al comenzar el nuevo milenio, pocos imaginaban que los ciudadanos de las democracias desarrolladas no tardarían en verse en la necesidad de defender el concepto de sociedad abierta contra sus propios dirigentes.

Pero el equilibrio de poder está empezando a cambiar. Estamos presenciando la aparición de una generación posterior al terror, una generación que rechaza una visión del mundo definida por una tragedia singular. Por primera vez desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, vemos atisbos de una política que se aparta de la reacción y el miedo en favor de la resiliencia y la razón. Con cada victoria en los tribunales, con cada cambio en la ley, estamos demostrando que los hechos son más convincentes que el miedo. Y, como sociedad, estamos descubriendo de nuevo que el valor de un derecho no reside en lo que esconde, sino en lo que protege.




Edward Snowden fue analista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos.














FUENTES: